Volvo Cars se incorpora a la iniciativa SteelZero

Volvo Cars se ha convertido en el primer fabricante de vehículos en suscribir la iniciativa SteelZero, cuyo objetivo es incrementar la demanda de acero sin fósiles y acelerar la neutralidad en carbono en la industria siderúrgica mundial.

Con la adhesión a la iniciativa, la compañía se compromete a cumplir antes de 2030 unos requisitos estrictos basados en las emisiones de CO2 para la adquisición de acero. Para 2050, todo el acero del que se abastece deberá tener cero emisiones netas, de acuerdo con el objetivo de la empresa de que, para 2040, sus operaciones no tengan ningún impacto sobre el clima.

Actualmente, la producción de acero es una de las fuentes principales de emisiones de CO2 del sector de la automoción. En concreto, en 2021, el 33% de las emisiones en la fabricación de un nuevo Volvo corresponde al acero. En el mundo, la producción de acero es responsable de cerca del 7% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero.

Kerstin Enochsson, directora de compras de Volvo Cars, explica:

«Un enfoque sostenible de la fabricación del acero no es solo una buena noticia para el medio ambiente, sino también para la compañía, puesto que limita nuestra exposición a futuros riesgos y reglamentos climáticos. Estamos encantados de unirnos a la iniciativa SteelZero y respaldar sus objetivos de transformar la industria siderúrgica. Al dejar patente nuestra demanda de acero de abastecimiento responsable con bajo o ningún contenido en carbono queremos ayudar a impulsar un mayor suministro a nuestro sector».

Por su parte, Jen Carson, responsable de industria de Climate Group, comenta:

«El hecho de que Volvo Cars suscriba la iniciativa SteelZero indica un cambio decisivo y fundamental en la demanda global de acero de bajas y cero emisiones netas de carbono y un momento crucial para la industria del automóvil. Este sector tiene un papel fundamental para impulsar la transición del acero a la neutralidad en carbono. Su apoyo a la creación de un mercado internacional de acero descarbonizado es lo que va a permitir que el sector logre sus objetivos de cero emisiones netas y desarrolle un producto que esté realmente en consonancia con la agenda de acción para el clima».

SteelZero

SteelZero es una iniciativa de Climate Group en colaboración con ResponsibleSteel, un
organismo de certificación y normalización de la industria siderúrgica en el que también se
integrará Volvo Cars. A través de ResponsibleSteel, Volvo Cars accede a información fiable, verificada y auditada por terceros sobre la cadena de suministro del acero y las credenciales de sostenibilidad pertinentes, lo que garantiza que se ha obtenido de un modo responsable.

Iniciativas de descarbonización de Volvo Cars

La compañía anunció en 2021 una asociación con el fabricante de acero sueco SSAB para investigar el desarrollo de acero de alta calidad sin combustibles fósiles a través de la iniciativa HYBRIT del fabricante de acero. El objetivo de HYBRIT es reemplazar el carbón de coque, una materia prima hasta ahora necesaria para fabricar acero a base de mineral de hierro, por hidrógeno y electricidad sin fósiles. El resultado previsto es la primera tecnología de fabricación de acero sin de combustibles fósiles del mundo, cuya huella de carbono es prácticamente nula.

Los planes de electrificación de la empresa forman parte de su objetivo para reducir, entre 2018 y 2025, un 40% la huella de carbono del ciclo de vida de cada vehículo, lo que incluye reducir en un 25% las emisiones de carbono de la cadena de suministro antes de 2025.

Respecto a las propias operaciones de Volvo Cars, la firma quiere que ninguno de sus procesos de fabricación tengan impacto sobre el clima para 2025. Actualmente, todas las fábricas europeas de la compañía se alimentan de energía 100% renovable y su planta de Torslanda, en Suecia, es totalmente neutra en emisiones.

Otra iniciativa destacable se puso en marcha el año pasado y se trata de la introducción de un precio interno del carbono de 95 euros por cada tonelada de emisiones de carbono en todas sus empresas.

Con este sistema, cada proyecto de vehículo tiene que pasar por una «prueba de sostenibilidad» en virtud de la cual se le impondrá un coste de CO2 por cada tonelada de emisiones de carbonoprevista a lo largo de su vida útil. El objetivo es garantizar que todos los modelos sean rentables, aunque estén sometidos a un estricto sistema de precios del carbono, y orientar las decisiones relacionadas con el proyecto y el abastecimiento hacia la opción más sostenible en ese momento.

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