Durante la etapa en la que Tesla estaba creciendo, uno de los incentivos a las ventas de Tesla Model S y Model X fue ofrecer recargas ilimitadas en su red de supercargadores. Dichas recargas estarían garantizadas de por vida, y se mantienen al vender el vehículo para el nuevo propietario (a su vez, una forma de facilitar su venta).
Un buen día, eso se terminó. Las recargas ilimitadas dieron paso a un número limitado de kWh al año sin coste, y a partir de ahí, a pagar. Ahora mismo Tesla sigue teniendo decenas de miles de Tesla Model S/X con este derecho, y busca una forma de que los propietarios renuncien a él de buen grado, voluntariamente.
La oferta se llama “Beneficio de lealtad de propiedad”, y consiste en ofrecer seis años de recargas ilimitadas a los que compren (y se lo lleven) un Model S o Model X antes de que acabe el trimestre. Dicho beneficio va ligado a renunciar a las recargas vitalicias en un actual Model S/X, o entregar el vehículo como parte del pago. A una de las dos cosas habría que renunciar.
Con anterioridad a esta oferta, se han ofrecido descuentos de 5.000 dólares en EEUU por entregar como parte del pago un Model S/X que cuente con dicho beneficio. Una vez que dicho beneficio se suprime, se ahorra un poco en el gasto de esta red, ampliamente disponible en la mayoría de países donde Tesla está presente a nivel comercial.
Resulta evidente que Tesla quiere sacar una rentabilidad en el negocio de la venta de energía. Ya lleva meses suministrando energía a vehículos de la competencia, y puede convertirse en una buena fuente de ingresos. Los supercargadores suelen tener muchos enchufes y no están precisamente ocupados por clientes de Tesla.
¿La oferta interesa? Al parecer, solo a quien tenga un Model S/X y quiera dar el salto a un coche más modernizado, porque el coche en sí es básicamente el mismo. De una forma u otra, ya sea renunciando al derecho, o renunciando al coche a cambio de un descuento, el fabricante reduciría esa partida de gasto hasta, idealmente, que no quedase ningún coche con las recargas vitalicias.
Cuando se retiró el incentivo comercial de la recarga ilimitada, se alegó que era insostenible. Ya sea por el abuso de algunos usuarios, como conductores profesionales, o simplemente porque lo gratis no existe (siempre lo paga alguien), Tesla tuvo que abandonar uno de sus incentivos estrella. Seis años de recarga ilimitada tampoco es un mal negocio, que conste.
Por otra parte, poco interés tendrán en esa oferta los que se siguen beneficiando de la recarga ilimitada hasta que el coche diga basta. Es más, los Model S/X con dicho beneficio resultan interesantes incluso a quien no tiene punto de recarga propio, basta con que tengan algún supercargador a una distancia razonable.