Si es que todavía quedan, el BYD Seal puede ser el coche eléctrico que ponga fin a los prejuicios que rodean a los coches chinos. Nos ponemos al volante de esta berlina eléctrica para comprobar que tiene muchos y muy buenos argumentos para competir sin miedo con el Tesla Model 3
El BYD Seal mide 4,8 metros de largo y 1,87 metros de ancho, en esto es casi idéntico al Tesla Model 3 (4,72 m y 1,85 m), otra berlina eléctrica con la que es inevitable hacer comparaciones porque se parecen desde el diseño (en esta semana que ha sido mi compañero de viaje lo han confundido en varias ocasiones).
De su estética hay que destacar el morro afilado con ópticas LED estiradas, mientras que en la parte trasera es protagonista la infinite light que une ambos faros. Aportan un toque deportivo a la par que elegante las manetas enrasadas y las llantas de 19 pulgadas.
En el interior hay dos elementos dominantes. Por un lado, la pantalla rotativa (no siempre) de 15,6 pulgadas. Desde esta se gestionan todas las funciones del sistema de infoentretenimiento, aunque hay bastantes botones físicos. Detrás del volante, el cuadro de instrumentación digital es de 10,25 pulgadas. Muchas funciones se manejan por órdenes vocales. Sorprende que la única configuración posible en castellano es una amable señora de acento mexicano.
Por otro, el techo panomárico de cristal de dos metros cuadrados.
Al volante del BYD Seal
La unidad probada es un BYD Seal Design. Monta un único motor de 313 CV instalado en el eje trasero que se alimenta de una batería de 82,5 kWh. La autonomía oficial es de 570 km, alcanza una velocidad máxima de 180 km/h y homologa un consumo de 16,6 kWh/100 km. Su precio, para dejar ya todos los datos, parte de 46.990 euros (puede, por tanto optar a las ayudas del Plan Moves III con lo puede quedar por debajo de los 40.000 euros).
El Seal es un coche grande por fuera y por dentro. Los asientos son cómodos, bien tapizados en cuero, admiten diferentes regulaciones y cuentan con funciones de calefacción y ventilación. En la parte trasera el espacio es también sobresaliente, lo es con el metro en la mano y lo es más por la sensación que aporta el ya mencionado techo panorámico.
De maletero no va mal pues tiene espacio para 400 litros de carga, pero la boca de acceso s algo complicada en especial cuando se viaja con bastante equipaje y hay que organizarlo para que entre todo.
Porque sí, este BYD Seal sirve para viajar. Ya hemos dicho que la autonomía homologada para la versión de un solo motor (la hay también de dos motores) supera los 550 km. En uso real la cifra se reduce pero supera los 400 km y puede recuperar hasta el 80% de la carga en media hora. Además, el aislamiento acústico es muy bueno incluso a velocidades elevadas (cuenta con cristales dobles) y su comportamiento, en general, es de primera en cualquier entorno.
La dirección es firme y transmite bien la sensaciones; la suspensión filtra bien los baches y en aceleración no se muestra nada perezoso con lo que transmite seguridad en momentos más apurados como adelantamientos en carreteras secundarias.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe