- El Toyota C-HR+ eléctrico es el segundo modelo cero emisiones de la marca que quiere seguir con el subidón comercial del bZ4X.
- Propone dos motorizaciones eléctricas con rangos de autonomía de hasta 609 km de autonomía WLTP y carga rápida a 150 kW.
- Su precio de partida y las ayudas disponibles lo sitúan como uno de los SUV eléctricos mejor posicionados del mercado frente a rivales clásicos y nuevos lanzamientos europeos.
Durante años, Toyota ha sido el sinónimo internacional de tecnología híbrida y electrificación progresiva. Sin embargo, la llegada de nuevas normativas y competidores más audaces empujó a la firma nipona hacia una electrificación total, diversificando su oferta con híbridos enchufables, eléctricos puros y, incluso, soluciones pioneras como la pila de combustible de hidrógeno. El C-HR+ eléctrico simboliza ese salto, asumiendo el papel de buque insignia tras el notable bZ4X, ahora con una receta más ambiciosa y mejor adaptada al público europeo.
Diseño: identidad, aerodinámica y habitabilidad
El Toyota C-HR eléctrico se apoya en la plataforma e-TNGA, lo que le permite crecer respecto a sus predecesores tanto en longitud (4,52 metros) como en distancia entre ejes (2,75 metros), clave para que el espacio interior sea realmente generoso. El exterior presenta líneas angulosas y acabados deportivos propios de su linaje japonés, entre los que destacan el frontal afilado, luces LED integradas y una silueta coupé bien marcada. El diseño, junto al largo alerón trasero y el techo de caída pronunciada, garantiza un coeficiente aerodinámico Cx de 0,26, posicionándose entre los mejores del segmento.
En el interior, Toyota ha elevado la calidad percibida y la ergonomía. El habitáculo desprende una atmósfera premium gracias a materiales exclusivos tapicería de cuero sintético en acabados altos), doble acristalamiento y detalles cromados en salpicadero y puertas.
El espacio atrás mejora sustancialmente en comparación con los actuales C-HR: adultos de hasta 1,85 m viajan cómodos, con buena luz y sin el agobio que caracterizaba la generación anterior. El maletero crece hasta los 416 litros, proporción regular y fondo de doble altura para optimizar la carga. Aunque rivales directos ofrecen algo más de volumen, el C-HR supera por fin la limitación tradicional de espacio en el segmento.
Tecnología, conectividad y confort
El puesto de conducción del C-HR+ se define por una pantalla central de 14 pulgadas, que integra el sistema multimedia, navegador, conectividad inalámbrica para Android Auto y Apple CarPlay y actualizaciones OTA. El cuadro de instrumentos digital de 8,8 pulgadas ofrece información detallada y ajusta el volante para facilitar la visualización, aunque algunos usuarios preferirían una disposición aún más ergonómica. El volante, revestido en cuero sintético y calefactable, mantiene una forma convencional para aportar agrado y seguridad a la conducción.
El confort se aprecia en detalles como los asientos delanteros calefactables y ajustables eléctricamente según acabados, climatizador bizona con controles independientes y varios puertos USB tipo C repartidos por el habitáculo. El acabado Spirit suma extras como equipo de sonido JBL, portón trasero motorizado, tapicería de lujo, llantas de hasta 20 pulgadas y control de acceso digital.
En materia de seguridad, el C-HR+ incluye el paquete Toyota Safety Sense de serie, con asistentes avanzados: frenada automática de emergencia, control activo de carril, alertas de tráfico cruzado, cámara de visión 360º y asistente de salida segura, que previene accidentes al abrir puertas. El modelo presume de rigidez estructural incrementada y mejor aislamiento acústico, derivado del doble acristalamiento de las ventanas delanteras.
Dos motorizaciones
El C-HR+ despliega dos versiones mecánicas asociadas a baterías NMC de última generación de 77 kWh brutos (72 netos): la variante FWD con 227 CV y hasta 609 km de autonomía WLTP; y la variante AWD con doble motor, 343 CV y 475 km homologados. Ambas prometen un desempeño ágil y silencioso, con aceleraciones de 0 a 100 km/h en 7,4 y 5,2 segundos respectivamente, y una velocidad punta que supera los 160 y 180 km/h.
La eficiencia energética es notable, con consumos entre 13 y 15,4 kWh/100 km (un 15% menos que el bZ4X). En cuanto a recarga, la batería admite carga rápida en corriente continua de hasta 150 kW, permitiendo pasar del 10% al 80% en apenas 28 minutos. El sistema de pre-acondicionamiento reduce tiempos en climas fríos y mantiene prestaciones óptimas por más tiempo.
Esperamos ponernos al volante
La puesta a punto del chasis y la suspensión ha sido revisada frente al bZ4X, ofreciendo mayor rigidez estructural y centro de gravedad rebajado. A falta de ponernos al volante, la conducción promete ser confortable y muy tranquila gracias al mejor aislamiento acústico, a los nuevos muelles 25 mm más cortos frente al bZ4X y a un chasis un 30% más rígido que los C-HR actuales. Los modos de conducción permitirán una adaptación detallada a la conducción, al tiempo que cuenta con cuatro modos de retención mediante las levas situadas tras el volante ayudan a maximizar la regeneración en ciudad y trayectos urbanos.
¿Está bien posicionado?
La propuesta comercial de Toyota para el C-HR eléctrico es tan ambiciosa como competitiva: arranca en 36.500 euros para la versión FWD y 44.000 euros para la AWD, antes de descuentos y ayudas gubernamentales. Con las promociones vigentes y el Plan MOVES, el precio final puede caer por debajo de los 27.000 euros en condiciones óptimas, situándose por debajo de sus rivales más directos y, especialmente, del Tesla Model Y, que arranca en los 39.990 euros en España para su versión básica.
La gama queda estructurada en dos acabados cerrados (Advance y Spirit) asociados a cada motorización, lo que facilita tanto la personalización como la elección para el consumidor, sin la tradicional maraña de paquetes opcionales. En el competitivo segmento SUV eléctrico, el C-HR tiene ante sí rivales directos como Ford Explorer, Volkswagen ID.4, KGM Torres EVX y Peugeot e-3008. Frente a ellos, el Toyota destaca en equipamiento de serie, eficiencia y optimización de espacio, además de una mayor garantía de fiabilidad y valor residual según tendencias del mercado europeo actual.
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No era la idea inicial pero las cuatro ruedas se cruzaron en mi camino periodístico y desde entonces no he parado de disfrutar al volante. Enamorado del sonido de algunos motores, hoy por hoy vivo con sorpresa y emoción el camino electrificado que está tomando el sector.

















