La evolución de los neumáticos para vehículos eléctricos es todo un proceso de ingeniería. El neumático debe soportar más peso, por las baterías, pero no puede perder adherencia, ni debe desgastarse más. A cambio, en un coche de alto rendimiento, debe ofrecer un buen manejo, permitir aprovechar el par máximo del coche y aportar eficiencia: un neumático como el P Zero Elect de Pirelli que puede alargar la autonomía de un VE hasta en un 15%.
Los neumáticos son parte fundamental de cualquier coche, pero para los vehículos eléctricos tienen un especial significado.
Y más concretamente para los vehículos de alto rendimiento. Más allá de ofrecer una buena adherencia, calidad de conducción, comportamiento sobre firme mojado o seco, la resistencia a la rodadura se ha ido postulando como un aspecto fundamental. Y es así en cualquier tipo de coche, por una cuestión de emisiones y de mejora de la eficiencia.
Por tanto, los fabricantes de neumáticos persiguen una mejora constante. Con más motivo porque la suspensión y los neumáticos tienen una colaboración estrecha en los vehículos. De ahí que cada modelo se desarrolle con un neumático concreto.
Sin embargo, el neumático es un componente complicado en un vehículo eléctrico. Es necesario que tenga un gran equilibrio entre adherencia, manejo y baja resistencia de rodadura. Pero, además, tiene que soportar el mayor peso que añaden las baterías al vehículo, lo que es un gran desafío.
Tradicionalmente, los neumáticos que tienen que soportar más peso se han fabricado con más resistencia, pero también peso. Eso, en un vehículo eléctrico, penaliza la eficiencia, como consecuencia de la mayor resistencia a la rodadura.
Además, en un vehículo de alto rendimiento, es necesario que la adherencia esté muy equilibrada para que el coche pueda aprovechar el par máximo. En ese aspecto también influye la resistencia a la rodadura. Y, por si fuera poco, debe añadir un desgaste equilibrado, aun contando con el extra de peso.
En fin, todo un reto.
P Zero Elect de Pirelli
Para comprender el significado del desafío, entramos en el desarrollo del neumático P Zero Elect de Pirelli.
Para los ingenieros de la marca, es vital comprender la física del neumático: se aplasta al rodar sobre su zona de contacto y retrocede cuando se suelta. El fenómeno se denomina histéresis y el resultado se basa en los componentes.
El caucho es un material con grandes propiedades elásticas. Pero no devuelve toda la energía recibida, sino que transforma una parte en calor. Cuando el neumático se aplasta al circular, las irregularidades del firme penetran en la goma. El caucho tiende a recuperar la forma y el contacto originales, pero no inmediatamente.
Y además, no se recupera toda la energía en forma de calor que se produce y esa pérdida se compensa con el motor.
Los materiales de amortiguación dentro de la construcción de un neumático absorben las vibraciones y reducen el ruido de la carretera. Aunque también aumentan la pérdida de energía a través de la histéresis.
Para compensar eso, el P Zero Elect se ha diseñado para concentrar la deformación en áreas específicas; es decir, donde hay menos materiales de amortiguación para reducir la pérdida de energía.
Composición del neumático
La forma en que se fabrica el compuesto también tiene su efecto en la resistencia a la rodadura. Los nuevos polímeros y la forma en que se unen químicamente con los rellenos del compuesto influyen en la fabricación. En el P Zero Elect, por ejemplo, es fundamental el sílice.
Los detalles precisos del proceso de fabricación son un secreto bien guardado desde siempre. Sin embargo, Pirelli explica que eso no es importante. La composición se puede analizar y conoce. Pero lo que importa es el proceso, ya que sin conocer ese aspecto, las características finales del producto no se pueden reproducir.
Lo cierto es que, explica Pirelli, su neumático P Zero Elect consigue una eficiencia muy alta. Y eso se traduce en hasta un 15% más de autonomía en un vehículo eléctrico.