Hoy día, MG es una de las marcas chinas más pujantes en Europa, y que está haciendo buenos números con el SUV compacto ZS, así como con el compacto eléctrico MG4. Sin embargo, hay que recordar que MG en su día era una marca tan británica como lo eran los Beatles, el té a las cinco o el repicar de campanas del Big Ben.
MG pertenece al Grupo SAIC de China desde hace más de 15 años, y en su momento tuvo una fábrica en Longbridge (Inglaterra). El devenir de los tiempos puede llevar a MG a fabricar sus coches eléctricos en Europa a medio plazo, tal y como admiten desde la compañía, a la vista de sus crecientes números de ventas. Además, es un momento relevante para MG, pues el año que viene se cumplirán 100 años de su fundación.
William Wang, responsable de la marca en el Reino Unido y Europa, ha admitido que aunque producir en Europa va a ser un poco más caro, las ventajas van a superar a los inconvenientes. Ahora mismo, todos los coches eléctricos (y térmicos) que vienen de China se gravan con un 10% de aranceles, pero eso queda compensado con unos costes de producción inferiores.
Porque los fabricantes chinos y europeos no están compitiendo de igual a igual. No son las mismas reglamentaciones laborales, ni medioambientales, ni siquiera el coste de la energía es el mismo. Los fabricantes europeos se ven obligados a cobrar más por unidad porque les cuesta más producir cada unidad. Y a fabricantes chinos de volumen les empiezan a salir las cuentas.
En la primera mitad de este año, se han vendido casi 100.000 MG en Europa, más del doble que en el primer semestre de 2022 (42.296, según Dataforce). Los modelos más vendidos son el MG ZS, disponible tanto como térmico como eléctrico, y el MG4, que solo se comercializa con motor eléctrico. Es más, la gama MG4 se va a ampliar con una versión de corte deportivo, MG4 xPower.
La decisión de fabricar en Europa no es política, es económica. Cuando una marca maneja volúmenes tan altos (2023 puede acabar con 200.000 unidades en Europa), empieza a ser más rentable fabricar localmente que mover coches de un lado a otro del mundo. Y para la competencia también es algo positivo, porque se puede trabajar en condiciones más equilibradas.
La siguiente pregunta es: ¿dónde emplazar la fábrica? No se ha decidido, y tardaremos en saberlo hasta tres años. La elección del Reino Unido no es tan obvia, porque las instalaciones de ensamblado de Longbridge fueron demolidas hace dos años y estaban totalmente desfasadas. Además, el Reino Unido no forma parte de la Unión Europea a raíz del “Brexit”.
La empresa de origen chino tiene que hacer un estudio exhaustivo de cuánto le costaría producir en distintos países en función de los salarios, costes energéticos, capacidad de aprovisionamiento, parque de proveedores, etc.