- Cargar el coche eléctrico en casa es la opción más cómoda y barata pero no todo sirve y últimamente se está poniendo de moda una solución casera que no es ni legal, ni segura
- Expertos confirman que tirar un cable desde casa puede acarrear multas de hasta 200 euros, además de que supone riesgo de incendio
- ¿Cuántos puntos de recarga para coches eléctricos dirías que hay en España?
Está más que comprobado que la recarga doméstica es la opción a la que recurren más del 95% de los usuarios de coches eléctricos en su día a día. La recarga pública se reserva para momentos puntuales, especialmente viajes largos es los que se precisa más potencia para reducir los tiempos de espera.
Son varias las razones que inclinan la balanza a favor de la carga en el hogar por encima de la de estaciones públicas (léase electrolineras). La primera es la comodidad y la segunda es el ahorro. Es por estas dos razones que la mayor parte de las recargas domésticas se realizan durante la noche, cuando el conductor descansa y las tarifas de la luz son más baratas.
Ahora bien, aunque la recomendación al comprar un coche eléctrico es instalar un punto de recarga en casa no todos pueden cumplirla. Hay pisos que no tienen asociada una plaza de garaje y barrios, especialmente los antiguos, en los que alquilar una es misión imposible (por disponibilidad, por precio o por ambas razones).
Ante esta dificultad surgen diferentes iniciativas como la carga de los coches eléctricos aprovechando la energía de las farolas o de las calles o el intercambio de baterías. Lo de enchufar el coche a la farola es una solución que está demostrando ser muy efectiva en países europeos como Portugal o Reino Unido no es viable en España pues aquí está prohibido revender la electricidad del alumbrado público.
La solución casera para cargar el coche eléctrico
Son los conductores que no tienen punto de carga en casa los que han agudizado el ingenio y han inventado una solución para recargar el coche desde casa, a precios bajos pero sin instalar un wallbox. Lo que están haciendo es tan simple como comprar un cable largo (muy largo), adaptarlo a la toma de corriente del coche eléctrico en un extremo y conectarlo a un enchufe de casa en el otro.
Hasta aquí no habría problema, al menos desde el punto de vista legal, sino fuera porque entre el coche y el enchufe puede haber varios pisos de diferencia y los usuarios tiran el cable desde su ventana y lo dejan caer por la acera hasta su vehículo.
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Hemos consultado a los expertos de Dvuelta acerca de la legalidad de esta práctica que se empieza a ver con frecuencia en ciudades como Madrid. Los abogados de la empresa de ayuda al automovilista confirman que es sancionable y que puede acarrear sanciones de hasta 200 euros (la cuantía varia en función de la ordenanza de cada municipio).
Puede suceder, además, que al dejar caer el cable por la acera algún peatón tropiece, caiga y como consecuencia de la caída sufra algún tipo de lesión. Si esto sucede será responsabilidad de quien ha dejado el cable en la calle teniendo que asumir este la indemnización por daños que decida el juez.
Tampoco es buena idea para tu coche
Ante el riesgo de popularización de esta solución casera para recargar la batería del coche en casa, los expertos recuerdan que aunque técnicamente es posible cargar un eléctrico en un enchufe convencional, no es nada recomendable pues puede producir daños en el vehículo. Un informe del ADAC (el equivalente alemán al RACE español) asegura que el uso habitual de enchufes domésticos provoca entre un 10 y un 30% de pérdidas de energía.
Además, debes tener en cuenta que la instalación eléctrica de tu casa no está preparada para soportar tan alta demanda durante horas lo que podría dar lugar a sobrecalentamiento y, con ello, a riesgo de incendios. Un enchufe doméstico estándar solo puede operar de forma segura hasta 16 amperios durante períodos cortos de tiempo. Para cargar una batería de 50 kWh con una potencia de 4,6 kW (que es la cifra habitual en las casas) se necesitarán más de 10 horas.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe