- Probamos el Mercedes Clase A híbrido enchufable para decidir si incluirlo en nuestra lista de modelos recomendables para aquellos que quieren dar el paso intermedio a la movilidad eléctrica
- A favor: altas prestaciones, atractivo diseño y mucha tecnología
- No tan a favor: precio, autonomía eléctrica y maletero
El Mercedes Clase es la perfecta representación de la deportividad en un compacto premium. Lo siente el conductor desde el momento que toma posesión del volante, en un puesto mando bajo donde todo está al alcance de la mano y exige apartar poco la vista de la carretera.
Con carrocería compacta (también está disponible como berlina) el modelo alemán pertenece al segmento C, con unas medidas de 4,4 metros de largo y casi 1,8 metros de ancho. Cuatro personas viajan cómodamente; si son tres adultos para la parte trasera, no irán demasiado holgados, pero dónde más notarán la falta de espacio en el maletero.
Por la colocación de la batería, el Clase A híbrido enchufable pierde 60 litros respecto a las versiones térmicas, con lo que el espacio de carga se reduce a 310 litros.
Mercedes Clase A con etiqueta cero
El protagonista de esta prueba es el único de la Clase A de Mercedes con etiqueta cero emisiones. Lo consigue gracias a la tecnología EQ
Más allá de la etiqueta de color azul en el parabrisas y de la tapa que oculta la toma de enchufe, no hay a simple vista diferencias entre la versión enchufable y las térmicas de este Clase A. Tampoco en el habitáculo donde la gran protagonista es la doble pantalla que integra cuadro de instrumentación y sistema de infoentretenimiento.
Visualmente el resultado es excepcional, pero a nivel de uso tiene un pero y es que el extremo derecho del volante oculta parte de la información. Más allá de esto, la calidad de imagen es excelente y el sistema MBUX que en esta versión incluye toda la información necesario para gestionar la tecnología híbrida enchufable es de los mejores del momento.
El interior es muy personalizable, con una gama de iluminación ambiental de hasta 64 colores.
Mercedes Clase A 250 e
La tecnología híbrida enchufable del Mercedes Clase A se apoya en un motor gasolina de 1.3 litros y cuatro cilindros con un par máximo de 270 Nm y una poten cia de 163 CV. La parte eléctrica la aporta un motor de 109 CV (80 kW) que entrega 300 Nm que se alimenta de una batería de litio de 12,9 kWh de capacidad.
En conjunto suma 218 CV y es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en solo 7,4 segundos para seguir acelerando hasta los 225 km/h que registra como velocidad máxima.
Al volante del Clase A híbrido enchufable
Conducir un Mercedes siempre es una delicia. Los coches de la estrella consiguen transmitir al conductor estabilidad, fiabilidad y firmeza que se traducen en una agradable sensación de seguridad al volante.
En este Clase A compacto, el puesto de mando ligeramente rebajado. El conductor queda envuelto por un asiento de corte deportivo, firme pero acogedor. Todos los mandos quedan a la altura adecuada y solo resulta ligeramente molesto el hecho de que las dos pantallas estén unidas y obliguen a retirar la mano derecha del volante para ver los datos de la parte inferior.
¿Para ciudad o carretera?
Sobre el papel, el Mercedes Clase A híbrido enchufable homologa una autonomía eléctrica de 70 km; en nuestra prueba, sin poner especial cuidado en ser eficientes hemos conseguido recorrer 62 km antes de agotar la capacidad de la batería. Teniendo en cuenta que son muchos los informes que aseguran que la media diaria en ciudad no llega a 50 km, sería más que suficiente para poder utilizar este Mercedes como vehículo diario sin gastar una gota de gasolina.
Se une a esto sus dimensiones, no muy grande para poder recorrer calles estrechas y aparcar sin dificultad. Pero no muy pequeño, para que cuatro personas (mejor que cinco) viajen cómodamente. Sin olvidar todas las ventajas que aporta la etiqueta Cero Emisiones que luce en el parabrisas.
En carretera, el Mercedes Clase A funciona bien con sus dos caras (térmico y eléctrico). Habríamos agradecido hacer algún kilómetro más con el silencio y la agilidad del motor eléctrico, pero el cambio en lo que a sensaciones se refiere no es demasiado marcado cuando solo funciona la parte térmica.
Lo del consumo es tema aparte. En carretera, manteniendo los límites máximos dentro de la legalidad el ordenador muestra un consumo de carburante de 7,2 l/100 km. Esto unido a que tiene un depósito de solo 35 litros se traduce en más paradas de las previstas ante viajes largos. Si ya aprovechamos y tomamos un café, en menos de media hora tendremos otra vez la batería cargada (admite carga de 22 kW en CC), pero es cierto que si no es necesario ese café la espera no compensa para los kilómetros que concede.
Y todo esto tiene un precio…
Las primeras líneas de esta prueba contienen varios spoiler. Entre ellos, dos cosas que pondría como pegas: el precio y el tamaño del maletero.
Con solo 310 litros de maletero, los cuatro miembros de mi familia hemos tenido que ajustar mucho el equipaje para llevar lo necesario para un viaje de cuatro días. Una pena, porque por dinamismo y confort de marcha el Clase A es una buenísima opción para todo tipo de trayectos.
La otra pega es el precio. Para la versión probada el configurador de Mercedes arroja un precio de 50.949 euros a lo que habría que sumar el coste de algunos extras. Quizá demasiado elevado teniendo en cuenta la limitación del maletero y las cifras que maneja la competencia.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe