El Fondo monetario Internacional (FMI) afirma que la expansión del mercado de vehículos eléctricos (VE) se ha visto impulsada por la bajada del precio de las baterías de ion-litio, dada su creciente demanda por los muchos sectores que la utilizan, desde un teléfono inteligente a un vehículo eléctrico, pasando por otros muchos tipos de dispositivos.
Pero puede llegar a tener serios problemas por culpa de sus componentes, sobre todo cobalto y litio y, especialmente el primero, por su escasez y dificultad de extracción. Hemos hablado en sucesivas ocasiones del problema. De hecho, decíamos hace pocos meses: “se estima que la demanda de baterías de iones de litio se triplicará de aquí al año 2026, a medida que la demanda de vehículos eléctricos aumenta”, así como que el 65% del suministro global que se produce cada año de cobalto procede de la República Democrática del Congo, un país con inestabilidad política y que emplea frecuentemente mano de obra infantil en las minas.
Con todo esto, el FMI ahonda en el problema añadiendo que el litio y el cobalto son componentes críticos en baterías para autos eléctricos, que el rápido crecimiento en la demanda de baterías recargables ha aumentado los precios de estas materias primas y que ha generado preocupaciones sobre una posible escasez que podría provocar retrasar la evolución del vehículo eléctrico.
Así lo confirman los precios del litio y del cobalto. Según la organización, el precio del litio aumentó en más del 30 por ciento en 2017. Y aún más espectacular ha sido el aumento del precio del cobalto, que se ha encarecido en un 150 por ciento entre septiembre de 2016 y julio de 2018. Ellos mismos han añadido el gráfico que da cuenta de las fluctuaciones del precio de este metal en los últimos 100 años.
A diferencia del litio, se espera que el precio del cobalto permanezca alto debido a su producción limitada y a la creciente demanda.
Patrones históricos del cobalto según el gráfico del FMI
Los precios del cobalto también han sido volátiles debido a cadenas de suministro inseguras. El gráfico también muestra que desde 1915 ha habido cuatro episodios de auge de precios. Los que de 1978-81 y 1995-96 provocaron fuertes reacciones: la producción mundial creció en 54,1 y 36,1 por ciento en 1983 y 1995, respectivamente, significativamente más alta que el promedio del 4,8 por ciento en 50 años. El repunte de precios desde 2016, así como los precios para 2018-19 sugieren que la historia puede estar repitiéndose y que la producción podría acelerarse nuevamente, al menos temporalmente. De hecho, los precios del cobalto han bajado un poco en los últimos meses, tras los fuertes aumentos de la producción en la República Democrática del Congo y la reducción de la demanda desde China.
El FMI añade que varios factores podrían limitar esta volatilidad de precios. Entre ellos, un mayor reciclaje de cobalto o unas técnicas mineras más avanzadas. Consideran, asimismo, que a favor también está la tecnología de las baterías, que continúa mejorando. Así, una de las principales alternativas al concepto de batería de iones de litio, como la batería en estado sólido, lo que daría paso a baterías más pequeñas y más densas en energía, que no necesitan cobalto, y que hay fabricantes de automóviles que llevan desarrollando un tiempo.
¿Alarmando con el precio del Cobalto otra vez?
Tesla admite que utiliza mucho menos cobalto en sus baterias. Las 611 y 811 de litio emplean mucho menos y a futuro se prevee que nada (tampoco el litio será la base para futuras baterias). Así que el cobalto no será limitante ni determinante.
Menos alarmar y las baterias cada vez van a ser mejores y más baratas. El combustible fósil si que tiene poco margen de mejora.