Las comercializadoras de electricidad y el sector de la movilidad eléctrica están notando un creciente interés del público por adquirir productos más ecológicos. De estos productos, sin duda los más demandados son los coches eléctricos, cuya proliferación obligará al crecimiento de la infraestructura y la capacidad de operaciones en la red actual.
Según datos del Departamento de Energía de Estados Unidos, el país norteamericano cuenta actualmente con 68.000 estaciones de carga pública. Estas instalaciones necesitan estar permanentemente en correcto funcionamiento para poder suministrar energía a los cerca 3 de millones de vehículos eléctricos que hay en funcionamiento en las carreteras estadounidenses.
También el Departamento de Energía calcula que cada coche eléctrico requiere unos 15 kWh por cada 100 km, la mitad que el promedio diario de un hogar estadounidense, que consume unos 30 kWh.
En cuanto al crecimiento de este tipo de movilidad, un informe de BloombergNEF, Electric Vehicle Outlook 2019, estima que se venderán 28 millones de vehículos eléctricos en el país en 2030 y 56 millones en 2040.
Fuera de las fronteras de Estados Unidos, las previsiones de crecimiento de la movilidad eléctrica están tumbando todas las barreras. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) cree que habrá 125 millones de vehículos eléctricos para 2030.
¿Qué problemas supone el crecimiento en la recarga de vehículos eléctricos?
Como es lógico, un crecimiento exponencial de los coches eléctricos debe ir acompañada de la construcción de la infraestructura de carga para abastecer a millones de vehículos.
Pero no es en si la cantidad de energía eléctrica lo que preocupa a las empresas del sector, que ya trabajan en la gestión futura de nuevas demandas. La gran cuestión es cómo adaptarse a los periodos de máxima demanda sin tener superproducción durante las pausas.
También se habrá de hacer frente a un incremento de gran magnitud de la demanda durante los periodos pico, que suelen producirse cuando las personas llegan a casa del trabajo y ponen en funcionamiento electrodomésticos y televisores. Con las previsiones de crecimiento de coches eléctricos, este periodo pico podría hacer colapsar a empresas de servicios públicos.
Carga mediante transmisión de datos
Una opción muy interesante es la carga de cualquier vehículo eléctrico mediante la transmisión de datos al IOTA Tangle. IOTA es una tecnología de contabilidad distribuida de código abierto, cuyo objetivo es permitir de forma segura el intercambio de información y valor en el Internet de las Cosas.
La empresa española Comunitaria.com de Servicios a las Comunidades S.L. ha llevado a cabo una propuesta por medio de YouTube para mostrar a los usuarios la carga de cualquier vehículo eléctrico mediante transmisión.
El proceso es compatible con cualquier cargador que disponga de la capacidad de soportar el protocolo abierto OCPP (Open Charge Point Protocol)y ha de ser ejecutado a través de la aplicación supervecina.com. Así, las personas pueden gestionar el inicio de la carga, así como detenerla, haciendo uso de Whatsapp.
El proceso es muy sencillo. El usuario conecta el coche a una toma de corriente y acto seguido envía un mensaje por Whatsapp con la palabra “subir”. Una vez que se termina el proceso, la aplicación muestra al usuario la energía que ha consumido y el nivel de carga del vehículo.
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