Recurrent, empresa estadounidense especializada en la transición al vehículo eléctrico, ha llevado a cabo una investigación para saber si el software y los mecanismos de seguridad del sistema de gestión de batería (BMS) evitan daños cuando se hace cargas rápidas, lo que perjudicaría la autonomía del VE.
Para ello, ha estudiado la carga rápida en más de 12.500 vehículos Tesla en EEUU. Su equipo comparó el estado de las baterías de los coches que se cargan rápidamente al menos en el 90% de las ocasiones con el de aquellos que lo hacen menos del 10% de veces.
Recarga rápida y ultrarrápida en España
Tal y como explican, “los resultados no muestran diferencias estadísticamente significativas en la degradación de la batería”.
En este sentido, aseguran que “los sólidos sistemas de gestión térmica, de voltaje y de batería en los que han invertido los fabricantes de vehículos eléctricos protegen sus baterías de daños con el uso rutinario de cargadores rápidos”.
Ahora bien, pese a las buenas noticias que se pueden desprender de estos resultados, los autores de este estudio también afirman que el mensaje más sencillo es el de que una carga rápida ocasional “está bien”, porque, dicen también que hay circunstancias en las que este hábito puede tener un mayor impacto en la batería del vehículo eléctrico.
Excepciones en las que la carga rápida sí puede dañar la batería
El estudio identifica algunas circunstancias en las que es mejor no recurrir a la recarga rápida:
- Cuando hace calor extremo y no se ha preacondicionado la batería.
El preacondicionamiento se produce cuando el sistema de gestión térmica del coche enfría previamente la batería para que pueda aceptar una tasa de carga más alta sin sobrecalentarse.
Normalmente, si se configura el sistema de navegación del vehículo en una estación de carga rápida, la batería estará preacondicionada, señala el equipo de Recurrent.
- En condiciones de frío extremo.
También en este caso se debe acondicionar previamente la batería. “A menudo, conducir un poco antes de la carga rápida es suficiente para calentar la batería”, aclaran.
Cómo localizar puntos de carga rápida en Google Maps
- En estados de carga muy bajos o muy altos, ya que la resistencia de la batería será mayor.
Cuatro mitos que desterrar
Este estudio llama, además, la atención sobre cuatro mitos acerca de la carga rápida que hay que desterrar.
- Cargar rápidamente tu coche de 0 a 100% está bien.
No es así. Casi todos los vehículos eléctricos tienen un software que reducen las velocidades de carga rápida por encima del 80%.
De hecho, “normalmente se recomienda cambiar a un cargador de nivel 2 para el último 20%, ya que puede ser igual o más rápido”, advierte.
- La potencia nominal en kilovatios (kW) de un cargador rápido controla la rapidez con la que se puede cargar un vehículo eléctrico.
Es una ficción. La realidad es que en cada modelo de vehículo eléctrico es el software de gestión de la batería el que controla la velocidad a la que se puede cargar el coche.
Por otro lado, la velocidad de carga también depende de la temperatura, el estado de carga e incluso la antigüedad de la batería.
- Cualquier cantidad de carga rápida causará daños permanentes a la batería.
Según este estudio no es cierto porque “todavía es difícil cuantificar con precisión en qué medida la carga rápida rutinaria afecta la salud de la batería a largo plazo (5, 10, 20 años), pero está bien en pequeñas dosis“.
- La carga rápida en frío provocará revestimiento de litio.
Los autores de esta investigación advierten de que esto no es así absolutamente. Tal y como señalan, las baterías de los vehículos eléctricos incorporan software y hardware que las protege y que garantizan que tengan la temperatura adecuada antes de aceptar alto voltaje para evitar problemas de revestimiento de litio.
El equipo de Recurrent advierte de que sus hallazgos se pueden aplicar a todos los modelos de Tesla y otros fabricantes, aunque también se están realizando investigaciones detalladas sobre otros vehículos eléctricos.