Entre los coches eléctricos actuales hay uno que destaca sobre los demás. El Model S no es un eléctrico urbano. Es capaz de ir más lejos, plantando cara a las berlinas de combustión de altas prestaciones y convirtiéndose, además, en objeto de deseo para quien haya sido atrapado por las bondades de la movilidad eléctrica.
Hace unos días tuvimos la ocasión de subirnos al Tesla Model S en un pequeño recorrido en el que comprobamos, en vivo y en directo, las excelencias del coche del que tanto hemos escrito y que todavía no habíamos podido tocar. Aunque se trató de un recorrido corto, el Model S no nos decepcionó. En mi caso creo que incluso puedo decir que sobrepasó las expectativas que tenía puestas en él. Acabados de lujo, comodidad de marcha, potencia de sobra y autonomía suficiente como para no mirar el marcador constantemente. Toda una experiencia que estábamos deseando contar.
Algunas características técnicas
Mide 4,97 m de largo, 1,96 m de ancho y 1,44 m de alto. Pesa 2.175 kilogramos. Como el motor va situado tras el eje trasero los dos vanos entre las ruedas, el delantero y el trasero, quedan libres, dejando hueco para dos maleteros de 150 y 745 litros respectivamente. Puede tener hasta siete plazas, dos de ellas plegables, para niños de menos de 30 kilogramos y situadas en el maletero trasero.
El Model S está a la venta con dos capacidades de batería diferentes, 60 y 85 kWh, que se sitúan bajo el piso en la zona central del coche. La potencia de su motor eléctrico depende de la capacidad de la batería. En el de 60 kWh es de 228 kW (306 CV) y en el de 85 kWh de 273 (367 CV), para la versión normal. La versión P85+ (Performance +) llega hasta los 314 kW (421 CV) y es la que hemos tenido oportunidad de probar. El motor funciona a una tensión nominal de 375 V. Su velocidad máxima está limitada electrónicamente a 210 km/h.
Su precio oscila entre los 54.720 € de la versión de 60 kWh, pasando por los 62.400 € de la versión de 85 kWh hasta los 73.000 € de la Performance 85 (P85). La P85+ cuesta 5.100 € más y, si se le añaden todos los equipamientos posibles, el precio asciende hasta los 109.895 €. En la página web de Tesla Motors se puede configurar el coche y consultar el precio de los equipamientos. El plazo de entrega actual es de 4 a 5 meses, aunque la versión P85 (y P85+) tiene prioridad de entrega (4 meses).
La prueba
Del mismo color rojo que vemos en muchas de las fotos que Tesla utiliza para su promoción, la primera sensación que llega al ponernos a su lado es una mezcla entre un deportivo y una berlina de lujo de altas prestaciones. Elegantes y exclusivas sus líneas lo acercan más a los coches ingleses que a los americanos. Las llantas negras mate de 21 pulgadas, tipo rotor, le otorgan personalidad única. Estéticamente atrae por su exclusividad y por su tamaño, aunque al no iniciado en movilidad eléctrica le parecerá un coche más, de altas prestaciones, de los que nunca podrá tener. Pero hay algo que lo distingue. No hace el ruido que debería hacer y en su interior una enorme pantalla ya advierte que lo que hay delante no es “lo habitual”.
Al abrir el coche los tiradores de las puertas salen de la carrocería y una vez dentro lo que se lleva todas las miradas es la pantalla táctil de 17 pulgadas del salpicadero, algo que, sin lugar a dudas le diferencia de cualquier otro coche. El Model S es un auténtico gadchet con ruedas que no deja indiferente a nadie. Todos los elementos del coche se pueden controlar desde esta pantalla, desde el encendido de las luces hasta la apertura del techo panorámico. En el siguiente vídeo nos describen sus funciones más importantes:
Como decíamos antes la pantalla de 17 pulgadas preside su interior y para cada uno dejamos el juicio de si puede ser o no demasiada distracción para el conductor. Tras el volante existe otra pantalla que indica la información más importante sobre la marcha del coche. Con una esfera central la velocidad a la que nos movemos y el flujo de energía en cada momento. Las dos pantallas de la derecha y la izquierda son configurables y en ellas se puede seleccionar que información poner, como las indicaciones del gps o la radio o la información del ordenador de a bordo sobre consumos, distancia y autonomías. Los materiales de construcción son de excelente calidad, con buenos ajustes entre ellos, dignos del segmento de lujo al que pertenece este coche. Los asientos muy cómodos, de tapicería mixta alcántara/cuero. El volante es grueso y da sensación de robustez y firmeza. Los ángulos de visión hacia adelante, hacia los dos laterales y hacia atrás son excelentes. El apoyabrazos central tiene la altura correcta para poder descansar el brazo. Como no podía ser de otra forma todas las regulaciones son eléctricas. Asientos, volante, espejos, todo memorizable para varios usuarios desde la pantalla del salpicadero.
La conducción es algo muy sencillo en el Model S. El coche detecta la presencia de la llave en el interior y de un conductor, el que sea, tras el volante y, él solo, arranca. Hay que pisar el freno para seleccionar la dirección de la marcha (N o R) y, como el acelerador tiene función de reptado (también configurable), el coche avanza por sí mismo una vez que se ha soltado el freno, sin necesidad de tocar ningún pedal. A partir de ahí la labor del conductor se limita al volante y a los dos pedales.
No hacen falta más de 20 metros para hacerse con él por la magnífica información que transmiten los pedales y la suspensión, incluso al pasar ciertos badenes elevados. El acelerador incorpora la regeneración de energía, lo que quiere decir que en la zona inicial el Model S retiene el avance y regenera, e incluso enciende las luces de freno para avisar a los coches que vienen por detrás. De esta forma en circulación a bajas velocidades por ciudad no es apenas necesario pisar el freno. Este es solamente hidráulico, es decir, no tiene una parte regenerativa, como en otros coches eléctricos.
Aunque no pudimos hacer muchas pruebas, pisar el pedal a fondo genera una reacción impresionante. La aceleración que supone un par motor de 600 Nm, que se transmite instantáneamente a las ruedas traseras, es brutal y obliga a levantar el pie rápidamente porque en muy poco tiempo la velocidad alcanzada sobrepasa, con creces, las permitidas (la aceleración de 0 a 100 km/h es de 4,4 segundos). Pero no es necesario imprimir grandes velocidades ni aceleraciones al Model S para disfrutar de él. Hay más cosas en este coche que quizás no supongan la misma descarga de adrenalina, pero que son tan destacables como ellas. Aunque otros eléctricos también las tengan, en el Model S se multiplican y, por su autonomía, permiten alargar, y mucho, el tiempo de diversión.
Su silencio de marcha es muy destacable. Apenas se percibe un ligero silbido de su motor. No hay vibraciones, ni ruidos, ni engranajes que se conectan y desconectan. El Model S transmite tranquilidad a pesar de llevar una auténtica caballería acoplada a su eje trasero. Las órdenes sobre el acelerador, sobre el freno, sobre el volante, sobre la pantalla táctil, son obedecidas inmediatamente. Todo en su interior está pensado para servir a sus pasajeros.
Galería de fotografías:
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En autovía la sensación de potencia se acrecienta. La aceleración es profunda e instantánea alcanzando las velocidades legales en un abrir y cerrar de ojos. Sus recuperaciones son excelentes, todo ello facilitado por su transmisión de una única relación. A 120 km/h las sensaciones son muy superiores a las de cualquier otro eléctrico. Los apoyos de la suspensión y su centro de gravedad, bajo, gracias a la posición de las baterías, transmiten aplomo. El control de tracción hace su trabajo siempre que se le requiere.
Todas estas sensaciones se acrecientan cuando se comprueba como el marcador de autonomía anuncia todavía más de 450 kilómetros, muy por encima de los 120 ó 140 de los que disponíamos en otros modelos. En el corto recorrido que hicimos, de apenas 20 kilómetros no fuimos cuidadosos con su consumo, ni procuramos ahorrar energía. El ordenador de a bordo marcó de media 22 kWh/100 km. La unidad que probamos, de procedencia holandesa, vino rodando desde allí, utilizando el supercargador holandés, la infraestructura de recarga instalada en Ikea, en Francia, y los paradores nacionales españoles, en lo que es posible recargar el Model S. En este trayecto y, siendo cuidadosos con el acelerador, fueron posibles consumos medios en tramos largos de tan solo 16 kWh/100km. Esto no quiere decir que el Model S sea un coche que consume poco, porque por su peso y su potencia no lo puede ser, pero del conductor depende lograr que sus consumos sean moderados y similares a eléctricos de menor tamaño.
Sobre el Model S podríamos seguir escribiendo mucho más y lo haremos. De momento os dejamos con un vídeo de la prueba en el que también se cuentan cosas muy interesantes:
Agradecimientos a Samuel Hunter Roig
y a Roberto Toro (Responsable de comunicación
de Tesla para el sur de Europa)
por facilitarnos esta prueba
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Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.