Wisdom Tree han lanzado un informe sobre el paso de vehículos de combustión a eléctricos en el mercado mundial. Concluyen que la innovación tecnológica de las baterías y las regulaciones más estrictas acelerarán la adquisición masiva de VE.
Wisdom Tree es un fondo de operaciones de intercambio y administrador de activos con sede en Nueva York. Acaba de lanzar un informe sobre la transformación que está viviendo la industria automotriz, la tecnología y el mercado mundial.
Según el mismo, las estrictas regulaciones globales de emisiones de vehículos y el rápido avance tecnológico están impulsando el cambio. Se desaceleran las ventas de vehículos de combustión interna y crecen imparables las de eléctricos.
Hicimos una referencia, hace pocos días, a este tema. En 2018, los vehículos eléctricos vendidos en el mundo aumentaron a 2,1 millones. Ya han superado la tasa de penetración del 2,3% en el mercado de automóviles de pasajeros. Desde 2013, las ventas de VE se han multiplicado por seis y se han duplicado desde 2015.
Cada vez hay una mayor aceptación de vehículos eléctricos puros, por parte de los consumidores. Los datos lo indican: el 68,1% de los vehículos eléctricos fabricados en 2018 fueron de batería pura. Mientras, el 31,7% fueron PHEV, y apenas el 0,2% de pila de combustible.
Crecimiento
Una gran parte del crecimiento en 2018 ha sido impulsado por China. En el mercado global, el país asiático supone un 55% de las ventas de eléctricos. Y prevén un incremento en las ventas de vehículos de nuevas energías de 1,6 millones de unidades en 2019.
Por otra parte, en Estados Unidos las ventas de VE aumentaron un 82% en 2018, gracias al Tesla Model 3. Mientras, en Europa, las ventas crecieron un 33% en 2018. La entrada de WLTP ralentizó el crecimiento, según el informe.
Según la trayectoria, los productores de VE podrían casi cuadruplicar sus logros para 2020, incrementando en 4,5 millones de unidades.
Mejoras tecnológicas
Las mejoras tecnológicas que las baterías han tenido en densidad, química y utilización de materias primas están reduciendo costes. Se espera que para 2025 los eléctricos sean competitivos, con respecto a los de combustión interna. En 2013, un VE promedio tenía una autonomía de entre 130 y 150 km. Sin embargo, hoy, la media es de entre 240 y 400 km. Asimismo, se ha reducido el tiempo de carga. De aquellos 40 a 60 minutos de 2010 a entre 20 y 45 en 2019.
La capacidad de producción de baterías también es importante. Se espera que China, el mayor fabricante, pase de los 15 GWh (Giga Watts por hora) de 2016, a los 110 GWh en 2020.
En cuanto a Europa, la Comisión Europea ya anunció en octubre pasado la inversión de 100.000 millones de euros. El organismo quiere que las baterías de los vehículos eléctricos se produzcan en el ámbito de la UE.
Regulaciones e incentivos
Algunos países han reducido las ayudas a la compra de vehículos eléctricos. Tal es el caso de China, que mantiene las ayudas sólo para coches con autonomía de más de 400 km.
Mientras tanto, Europa desarrolla regulaciones agresivas para reducir emisiones y cumplir con el Acuerdo Climático de París. Apunta a un promedio de 117 gm/km de emisiones de CO2 para 2021, así como a una reducción adicional del 15% para 2025 y una reducción del 37.5% para 2030 en los vehículos nuevos.
La retirada de Trump del Acuerdo de París y la eliminación de algunos incentivos han hecho que otras instituciones y organismos estadounidenses se comprometan con la reducción de emisiones. Así, el movimiento “Compromiso de América”, en el que están estados, ciudades, empresas…
Conclusión de Wisdom Tree
Aneeka Gupta, la realizadora del informe de Wisdom Tree, concluye:
“Esperamos que el rápido ritmo de innovación tecnológico de baterías, junto a regulaciones más estrictas, aceleren la adquisición masiva de VE. A medida que esta adquisición cobre impulso, la fabricación de VEs impactará fuertemente en los mercados de materias primas. De esta forma, esperamos que se beneficien materias primas como el níquel, el cobre, la plata y elementos más pequeños como el cobalto y el litio”.