Para Rolls-Royce la electrificación no es algo inédito. Sus fundadores, Charles Rolls y Henry Royce, fueron sendos ingenieros con una inclinación especial por los coches eléctricos. Según Rolls-Royce, el motor eléctrico perdió la batalla frente al de combustión por las mismas cuestiones que hoy: autonomía e infraestructura. Pero se preparan para lanzar un eléctrico, muy al estilo Rolls-Royce, tras una década de desarrollo.
Nunca dejará de sorprendernos la historia de las marcas de coches y buena prueba de ello es el origen de la emblemática Rolls-Royce. Lo dicen las palabras de Torsten Müller-Ötvös, director ejecutivo de Rolls-Royce Motor Cars:
“En abril de 1900, nuestro antepasado fundador, Charles Rolls, hizo una profecía profética sobre la electrificación automotriz. Mirando más de 120 años atrás prometió, públicamente y en acta, que llevaríamos al mercado el primer Rolls-Royce completamente eléctrico en la década actual. Y, en este momento, nuestra compañía se está embarcando en un proyecto histórico para crear el primer automóvil de súper lujo de este tipo. Esto sucederá antes de lo que muchos creían posible…”.
Rolls-Royce lleva tiempo confirmando sus objetivos de electrificación:
- La marca presentará un automóvil totalmente eléctrico esta década (2020 – 2030).
- Este automóvil será un eléctrico puro, no un híbrido de ningún tipo.
- Se lanzará solo cuando sea el momento adecuado y cada elemento cumpla con los estándares técnicos, estéticos y de rendimiento de Rolls-Royce.
El pasado eléctrico de Rolls-Royce
Tanto Charles Rolls, como Henry Royce, fueron ingenieros de gran talento en su momento. Además, ambos fueron unos apasionados de los automóviles y de la electricidad en el umbral del siglo XX. De hecho, Charles Rolls, en 1898, adquirió su único automóvil eléctrico, un vehículo de fabricación estadounidense llamado The Columbia Electric Carriage. El coche se vendía como ‘City & Suburban’.
En una entrevista publicada en The Motor-Car Journal, en abril de 1900, Rolls describió la propulsión eléctrica en términos que, más de un siglo después, llevan el sello de profecía profética:
“El coche eléctrico es perfectamente silencioso y limpio. No tiene olores ni vibraciones, y debería resultar muy útil cuando se pueda disponer de estaciones de carga fijas. Pero por ahora, no anticipo que sea muy útil, al menos durante muchos años más “.
Lo cierto es que Rolls-Royce contó desde sus inicios con personas muy relacionadas con la electricidad, procedentes de todos sus ámbitos. Sin embargo, y a pesar de que Royce llegó a suministrar motores eléctricos para Pritchett & Gold, un fabricante de baterías, la creación de la compañía orientó a ambos fundadores hacia los coches de combustión.
El hoy de la emblemática marca
A día de hoy, y según indica la compañía:
“Cuando la primera producción Rolls-Royce completamente eléctrica llegue al mercado, será la culminación del trabajo de investigación y desarrollo que se ha estado realizando en la Casa de Rolls-Royce, en Goodwood, durante más de una década”.
Rolls-Royce Phantom 102EX
En 2011, la marca lanzó Phantom Experimental Electric (EE), con nombre en código 102EX; una versión eléctrica, de batería, totalmente operativa y legal para la carretera de su producto estrella.
Phantom EE nunca fue diseñado para producción. Ha servido como banco de pruebas de trabajo para que clientes, medios de comunicación y entusiastas experimenten la propulsión eléctrica. Así, han podido compartir sus experiencias y consideraciones directamente con los diseñadores e ingenieros de Rolls-Royce.
Reemplazaron el motor de gasolina V12 de 6.75 litros y la caja de cambios del automóvil por un paquete de baterías de iones de litio. Incorporaba dos motores eléctricos en el bastidor trasero, conectados a una transmisión de una sola velocidad con diferencial integrado. Este sistema dio una potencia máxima de 290 kW y un par de 800 Nm. El Phantom V12 de entonces daba 338 kW y un par máximo de 720 Nm, entregado a 3500 rpm.
Rolls-Royce Vision Next 100 (103EX)
Lanzado en 2016, este concept car se propuso definir la visión a largo plazo de la marca de la movilidad de lujo. Según comentábamos en Movilidad Eléctrica sobre él:
“La visión de Rolls-Royce en 2016 fue, y sigue siendo, totalmente eléctrica, completamente autónoma, completamente a medida, junto con el máximo lujo”.
103EX se construyó sobre una plataforma ligera avanzada. Estaba propulsado por un tren de transmisión totalmente eléctrico patentado, siendo el automóvil completamente autónomo.
El sufijo EX confirma que el 103EX era un automóvil puramente experimental, nunca destinado a entrar en producción. Tras un espectacular debut en Londres, el coche se embarcó en una gira mundial de tres años y regresó a la casa de Rolls-Royce en 2019.