A finales de febrero, Toyota sorprendió con un GR Corolla alimentado por hidrógeno en las pruebas de una competición en Japón. Se trata de la primera vez que se veía a un vehículo propulsado por hidrógeno líquido en un circuito.
El GR Corolla, que ya había competido en carreras de la Super Taikyu, lo había hecho hasta ahora con hidrógeno gaseoso.
Ahora, el GR Corolla con hidrógeno líquido ya ha participado en tres sesiones, simulando condiciones reales de competición y poniendo a prueba las prestaciones de este nuevo combustible.
Según explica el piloto Masashiro Sasaki, el objetivo es posibilitar un futuro para el motor de combustión interna con tecnologías que hasta ahora se consideran inviables para los automóviles, en el terreno desconocido de los -253 ºC. También apunta que Toyota espera que los logros conseguidos en los circuitos se acaben trasladando a los vehículos de movilidad cotidiana.
El desarrollo de los vehículos de hidrógeno líquido
En marzo de 2022, Toyota anunciaba que había comenzado a desarrollar un vehículo propulsado por hidrógeno líquido. Tan solo tres meses después, la firma exponía un sistema a bordo y una estación móvil de hidrógeno líquido.
Tras ese punto de partida, a finales de octubre, Toyota recargó un vehículo con hidrógeno líquido para realizar una prueba de conducción, todo ello después de recibir la homologación de los depósitos y otros componentes.
En noviembre, Toyota llevó a cabo varias sesiones en pista para identificar problemas con el sistema de hidrógeno líquido y preparar el vehículo para la competición.
Ahora, 2023 es el año en el que se perfeccionará la tecnología y se formará al personal para competir en la serie Super Taikyu con un vehículo alimentado por hidrógeno líquido.
Beneficios del hidrógeno líquido frente al gaseoso
En primer lugar, la utilización de un combustible líquido incrementa la autonomía al mutiplicarse la densidad energética por unidad de volumen.
También hay que tener en cuenta que los depósitos de hidrógeno gaseoso se llenan a alta presión, por lo que han de ser cilíndricos. En cambio, los depósitos para hidrógeno líquido no tienen la necesidad de estar presurizados.
Próximamente, con el objetivo de mejorar la estructura del vehículo, los depósitos de combustible podrían tener la forma que más convenga para integrarlos bajo el piso del coche.
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La clave de la licuación
Las estaciones de repostaje de hidrógeno móviles también se ven reforzadas en el paso del combustible gaseoso al líquido, haciendo de ellas dispositivos más compactos.
De igual manera, el este estado del hidrógeno permite reducir el tamaño de los camiones de transporte y se elimina la necesidad de instalaciones con presiones de hasta 70 MPa. Con ello, el impacto de la estación se reduce hasta un 25% frente al que se daría con hidrógeno gaseoso.
Además, puesto que el repostaje ya no necesita de presión, se podrían repostar múltiples vehículos en la zona de boxes.
A partir de ahora, Toyota se va a centrar en mantener una bajísima temperatura, de -253ºC, durante el repostaje y almacenamiento. Además, otro reto será la evaporación natural con el calentamiento de los depósitos.
Imagen: DepositPhotos.
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