Mientras muchos fabricantes (la mayoría) se preparan para hacer frente a multas millonarias por no poder cumplir las exigencias europeas en materia de emisiones, otras ven como esta normativa se puede convertir en un negocio inesperado.
La normativa CAFE, en vigor desde 2020, ha rebajado sus límites a fecha 1 de enero de 2025. Desde este momento, se fija el límite de emisiones en 93,6 gramos de CO2 por kilómetro para cada vehículo de nueva fabricación. No supone esto que se prohíbe la producción de los que homologuen emisiones: se podrán fabricar y vender, pero sus responsables tendrán que pagar multas.
Multas millonarias por contaminar más de lo debido
La normativa europea busca reducir la contaminación derivada del tráfico rodado y, de paso, impulsar las ventas de coches eléctricos. Esto último por varias razones: la primera, porque son la tecnología más sostenible del momento; la segunda, porque cuantas más unidades cero emisiones consigan vender las marcas en Europa, más bajo será su recuento global de emisiones y, por tanto, menores las multas.
Las sanciones marcadas por Bruselas fijan que los fabricantes tendrán que pagar 95 euros por cada gramo de CO2 que emitan de más sus vehículos.
En España, los fabricantes se muestran especialmente preocupados. El 95% de loas vehículos que se producen en nuestro país son de combustión y la mayoría tienen emisiones superiores a las permitidas.
Desde la asociación nacional de fabricantes ANFAC alertan de que la “industria automovilística se está cayendo a cachos”. Calculan que habrá marcas que tendrán que afrontar multas de más de 15.000 millones de euros, lo que en algunos casos equivale al 75% de su rentabilidad.
Se buscan soluciones
Abrumados por la magnitud de las sanciones, los fabricantes pidieron a la Unión Europea una moratoria que mantuviera los límites aplicados entre 2020 y 2024 (115 g/km) hasta 2027. No hubo acuerdo y la rebaja de las emisiones que marca la norma CAFE se ha hecho efectiva el primer día de 2025.
Los fabricantes saben que la solución pasa por invertir en tecnologías que ayuden a reducir las emisiones y en impulsar las ventas de modelos cero emisiones pero ambas opciones precisan tiempo por lo que valoran otras alternativas para evitar el pago de las multas.
Compra de emisiones de carbono
Ayer supimos que, ante la entrada en vigor de la norma CAFE, varios fabricantes estudian la posibilidad de firmar alianzas que les permite cerrar la compra de emisiones de carbono.
La agencia de noticias Europa Press cita a Stellantis, Toyota, Mazda, Subaru, Ford, Mercedes-Benz, Volvo y Smart como fabricantes interesados es explorar esta posibilidad. En el otro extremo, es decir, como posibles vendedores de emisiones de carbono, Tesla y Polestar.
El inesperado y rentable negocio de Tesla
Es de nuevo la agencia EuropaPress la que ha revelado hasta qué punto la venta de emisiones fantasma puede ser rentable para Tesla.
Afirman que la compañía que dirige Elon Musk podría registrar ingresos de hasta 1.000 millones de dólares (algo más de 971 millones de euros) por la venta de créditos de carbono.
Afirman que Tesla estaría contemplando la posibilidad de alcanzar un acuerdo con Toyota, Stellantis y Ford. La alianza permitiría sumar las emisiones de todas las marcas implicadas, de manera que la participación de Tesla sería clave porque aportaría el dato negativo y permitiría al resto reducir notablemente el riesgo de sanción.
Alianza Volvo-Mercedes
Otros fabricantes que al parecer estarían valorando la opción de sumar emisiones son Mercedes y Volvo. La marca de la estrella se vería beneficiada de la firma apuesta por la movilidad eléctrica que lleva tiempo haciendo el fabricante sueco, uno de los pocos que quedaría exento del pago de sanciones.
En este caso, la ganancia de Volvo podría ser de 300 millones de euros.
Renault, en contra
Pero como en todo, en esto de la venta de emisiones de carbono hay opiniones en ambos sentidos.
Renault ha lanzado una queja formal en contra de este mecanismo en el que advierte de que, de permitirse (todas las alianzas requieren la aprobación de la UE), “se socavaría a la industria automovilística europea en el medio y largo plazo frente a la estadounidense, pero sobre todo frente a las asiáticas”.
Desde el grupo francés han pedido a Bruselas una mayor claridad sobre el futuro de la hoja de ruta climática que tiene previsto aplicar la Comisión Europea que dirige la alemana Ursula Von der Leyen.
Fotos: Dephosit
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe