¿Te imaginas conducir un coche que haya sido construido con arroz? Parece una locura pero, no tardando mucho, puede ser una realidad. Ojo, el plan de Seat pasa por que sean solo piezas fabricadas con cáscaras de arroz.
El arroz es el alimento más consumido y cultivado del Planeta. Sus usos en la cocina son numerosos, lo que nunca nos imaginamos es que también se pudiera utilizar para fabricar coches. Y esto es, precisamente, lo que investiga Seat en un proyecto piloto de innovación basado en la economía circular.
El fabricante español investiga el uso de Oryzite en sustitución de productos plásticos, con el objetivo de reducir la huella medioambiental que provoca la fabricación de piezas de plástico para el interior de los vehículos.
Arroz, una materia prima muy abundante
Además de ser nada contaminante, el arroz es una materia prima muy abundante. Cada año se cosechan más de 700 millones de toneladas de arroz al año en el mundo. El 20% es cáscara de arroz, unos 140 millones de toneladas que en su gran mayoría se desechaban.
“En la Cámara Arrocera del Montsià, con una producción de 60.000 toneladas de arroz al año, buscamos una alternativa para aprovechar toda la cantidad de cáscara que se quemaba, unas 12000 toneladas, y la convertimos en Oryzite, un material que, mezclado con otros compuestos termoplásticos y termoestables, puede modelarse”, explica Iban Ganduxé CEO de Oryzite.
A prueba en un Seat León
La viabilidad de ensamblar coches con piezas fabricadas con cáscara de arroz es un reto al que Seat se enfrenta desde hace unas semanas cuya viabilidad ya está probando en un Seat León.
Por el momento, los ensayos avanzan en modelar algunas partes del coche, como el portón trasero, el doble piso de carga del maletero o el revestimiento del techo con cáscara de arroz mezclada con poliuretanos y polipropilenos.
A simple vista, las piezas fabricadas con cáscaras de arroz no se diferencian en nada con las fabricadas con tecnología convencional, pero pesan mucho menos. “Las piezas son más ligeras, con lo que disminuimos el peso del coche, reduciendo así la huella de carbono”, explican responsables del proyecto.
Actualmente se están analizando los revestimientos para saber qué cantidad de cáscara es posible utilizar para que se cumplan al 100% los requisitos técnicos y de calidad. Por ejemplo, el doble piso de carga del maletero pasa por pruebas de carga en las que debe soportar hasta 100 kilos de peso concentrados en un mismo punto para comprobar su rigidez y fuerza.
Los ingenieros de Seat también están realizando pruebas térmicas, en una cámara climática, para analizar su resistencia al calor, el frío y la humedad.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe