Nos ponemos al volante del Opel Mokka-e un SUV cien por cien eléctrico que a pesar de sus grandes neumáticos y el color estrella de su carrocería da lo mejor de sí en entornos urbanos
El Opel Mokka-e es un SUV eléctrico de tamaño medio. Comparte plataforma con otros modelos del grupo Stellantis, tales como el Citroën ë-C4 (que estena ahora nueva mecánica con más potencia y autonomía), el Peugeot e-2008 y el DS 3 Crossback.
Su estética llama la atención (no solo por el color verde de nuestra unidad de pruebas), sino por el techo en negro que combina con los pasos de rueda, la línea del mismo color que recorre el lateral y la cromada que delimita la parte superior de las ventanillas. También por las llantas, de 18 pulgadas, y los neumáticos (215/55, más grandes que los del ë-C4, por ejemplo).
En el interior, moderno y minimalista, el protagonista es el Opel Pure Panel que une la pantalla táctil desde la que se gestionan buena parte de las funciones del sistema de infoentretenimiento y el cuadro de instrumentación tras el volante, también digital. Se mantienen fuera (y eso es un punto a favor) los mandos para manejar el sistema de climatización.
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En la consola central, encontramos el selector de marchas y el freno de mano, todo enmarcado en una superficie en negro piano que no me ha terminado de convencer, en especial, porque las huellas quedan muy marcadas.
La calefacción de los asientos y el volante es de serie, un dato que suma porque ayuda a conseguir una temperatura óptima especialmente en el puesto de conducción si abusar del sistema de climatización y así optimizar la autonomía. Tampoco hay que pagar sobrecoste por el acceso y arranque sin llave o los faros inteligentes Intellilux de LED que son de los mejorcito del segmento.
Al volante del Mokka-e
El Mokka eléctrico se mueve gracias a un motor de 100 kW (136 CV) y 260 Nm de par máximo que se alimenta de una batería de iones de litio refrigerada por agua de 50 kWh de capacidad. Admite recarga en corriente alterna y continua, en este caso, hasta 100 kW con lo que recupera del 20 al 80% de su capacidad en 30 minutos.
Con esta potencia, el Mokka-e se mueve sin problemas en carretera aunque es en ciudad donde da lo mejor de sí. Por varias razones: la primera porque peca de suspensión blanda y en curvas balancea demasiado; la segunda, porque a velocidades elevadas el consumo sube (20 kWh en nuestra prueba).
Para evitar que los kilómetros de autonomía bajen en exceso cuando se opta por el Modo Sport (el Mokka-e tiene tres modos de conducción: ECO, Sport y Normal), es conveniente accionar el botón B de retención. Como todos los eléctricos de Stellantis, hay dos niveles de recuperación de energía: el primero (por defecto) apenas retiene en deceleraciones; por encima, el modo B se activa presionando un botón, endurece la dirección y el tacto de los pedales pero no se acerca a la conducción One Pedal que ofrecen otros eléctricos.
Sobre el papel, el Mokka-e puede recorrer 320 km. En condiciones reales hemos comprobado que la cifra de autonomía baja a unos 250 km en carretera; pero que en circulación urbana y sin esforzarse demasiado sí es posible acercarse a los 300 km.
↑ Lo mejor del Opel Mokka-e
- Diseño atractivo
- Comportamiento en ciudad
↓ A mejorar
- Suspensión demasiado blanda
- Reparto de peso
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe