- Dentro de la gama Mini, el Aceman se posiciona entre el Cooper y el Countryman. Comparte con ambos rasgos estéticos que conviven con detalles que lo hacen único
- Ofrece ocho experiencias de conducción que se adaptan a las circunstancias o las apetencias del conductor en cada momento
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El Aceman es un coche especial para Mini. Por varias razones pero la fundamental porque es el primer modelo de la casa británica engendrado para ser cien por cien eléctrico. Es, por tanto, un pilar fundamental en la estrategia de electrificación de la compañía que registra como hitos que al final de la década casi la mitad de sus ventas sean cero emisiones.
Así las cosas, el Aceman debe compartir peso en ventas con los otros dos buques insignia de la compañía, que son el Cooper y el Countryman. Por tamaño se sitúa justo entre medias de ambos y comparte con ellos muchos detalles estéticos que dejan claro a simple vista que aunque es un punto y aparte en la historia de la marca, su ADN sigue siendo el mismo.
Mini Aceman, cien por cien eléctrico
El Mini Aceman es un B-SUV de 4,07 metros de largo, 1,75 metros de ancho y 1,50 metros de alto. Su diseño está medio camino entre urbano y crossover y no renuncia a detalles muy Mini, como la calandra carenada, los faros delanteros hexagonales, la pintura bicolor o los faros traseros de LED con diferentes patrones visuales (entre ellos, la bandera de la Unión Jack).
Si estás familiarizado con los últimos lanzamientos de Mini el interior no resulta sorprendente. Sí lo es si se compara con otros modelos del segmento, especialmente por la pantalla que es de forma redonda (tiene 24 cm de diámetro) en lugar de las clásicas rectangulares y flotante, en lugar de encastrada en el salpicadero.
Admite varios perfiles de conducción que son muy de agradecer porque con solo seleccionar el tuyo el coche se amolda a ti: posición del asiento, conexión con el teléfono móvil, temperatura del habitáculo…
El sistema de infoentretenimiento es bastante intuitivo en el manejo y rápido en la respuesta, pero es recomendable echarle un rato de investigación para descubrir todas las funciones. Se agradece la botonera inferior desde la que se manejan las marchas, el arranque y los diferentes modos de conducción (entramos en detalle en unos párrafos).
Cuatro adultos y la compra de la semana
El puesto de conducción de este Mini Aceman es confortable. Todo está a mano y el asiento de regula con facilidad. En la parte trasera se aprecia algo más de espacio que en el Mini Cooper, especialmente gracias a la facilidad de acceso de las dos puertas y aunque está homologado para tres pasajeros detrás si son adultos viajarán mucho más cómodos si dejan libre la plaza central.
De maletero está en la media de su segmento. Con 300 litros admite la compra de la semana de una familia de cuatro miembros (comprobado) y se agradece el doble fondo para guardar los cables de forma que no ocupen espacio o se muevan de un lado a otro.
Al volante del Mini Aceman
El configurador de Mini permite elegir el Aceman en tres niveles mecánicos:
- Mini Aceman E, con 184 CV y 309 km de autonomía
- Mini Aceman SE, con 218 CV y 405 km de autonomía
- Mini John Cooper Works Aceman, con 258 CV y 355 km de autonomía
Nuestra unidad de pruebas equipaba el primer motor, el de 184 CV y batería de 42,5 kWh.
En marcha, el Mini Aceman es un coche algo duro, con una suspensión firme que a hace que los baches del terreno se sientan en el habitáculo más de lo esperado en un coche que, a priori, parece más pensado para la ciudad.
Pero al mismo tiempo es ágil, muy ágil y se mueve con soltura por calles estrechas y curvadas, resolviendo sin problemas cualquier desplazamiento urbano. En carretera es otra historia, no porque no responda bien (todo lo contrario), sino porque a velocidades elevadas los 265 km que hemos conseguido de autonomía real en recorrido por ciudad prueba merman bastante.
El coche de las ocho caras
El Mini Aceman ofrece ocho experiencias de conducción bien diferenciadas. Se seleccionan desde los mandos que hay bajo la pantalla y modifican no solo la decoración de la pantalla y la iluminación ambiental, también la respuesta de los pedales y la dirección.
Por defecto el coche arranca en el modo Core, el más neutro. En verde, el modo Green es que más se preocupa por la eficiencia alarga la autonomía en 10-20 km e informa al conductor del nivel de eficiencia de su estilo de conducción en cada momento.
Quizá el más divertido sea el modo Go Kart que tiñe de rojo la pantalla y el habitáculo y activa un sonido enlatado de aceleración que le aporta un punto deportivo. También hay un modo personalizado que el conductor puede crear a su gusto (incluso con fondos personales para la pantalla), un modo Vivid (ofrece una experiencia interactiva que solo se puede manejar con el coche parado), un modo Timeless, un modo Balance y un modo Trail.
¿Lo compraría?
No sé si hasta aquí he conseguido transmitir mi opinión acerca del Mini Aceman asi que voy a ser más clara. ¿Lo compraría? Rotundamente sí. Pero (lo siento hay un pero) lo compraría si mi presupuesto me lo permitiese, porque los 37.250 euros de los que parte la gama Aceman no son precisamente asequibles, especialmente cuando ni el espacio ni la autonomía son sus puntos fuertes.
Es habitual escuchar que un Mini es un capricho y es cierto que lo es. Siendo racionales y puestos a gastar más de 35.000 euros la opción más racional es el segundo escalón. El Mini Aceman SE cuesta 3.600 euros más, pero a cambio lleva una batería más grande con la que suma 100 km de autonomía.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe