A lo largo del año hay varios momentos en los que revisar el estado del vehículos es crucial. La vuelta de las vacaciones, cuando hemos realizado más kilómetros con nuestro coche es uno de ellos. Neumáticos, batería, frenos… y amortiguadores, que con el exceso de equipaje han podido sufrir más de la cuenta.
Que los enchufables precisan menos reparaciones y mantenimiento es totalmente cierto. La ausencia de algunos elementos mecánicos, tales como el motor térmico, la caja de cambios, el tubo de escape o el depósito de carburante reduce las posibilidades de avería.
Así lo explican los expertos de la Dirección General de Tráfico: “frente a los coches movidos por motores de gasolina y diésel, el funcionamiento de un vehículo eléctrico resulta mucho más sencillo y, en consecuencia, su mantenimiento y los costes que le repercuten”.
Ahora bien, lo que es un ventaja, se puede convertir en un inconveniente si nos relajamos en exceso y no sometemos a nuestro vehículo eléctrico a las revisiones que precisa. Desde el comparador de recambios Daparto explican por qué la vuelta de las vacaciones es un buen momento para revisar el estado de los amortiguadores.
¿Por qué son importantes los amortiguadores del coche?
Durante la puesta a punto de un vehículo eléctrico se revisan algunos puntos comunes con los de combustión. Es el caso de los neumáticos, las pastillas y líquido de frenos, los filtros del habitáculo…
También hay elementos que solo se encuentran en los enchufables, tales como la batería. Y otros que siendo comunes precisan un cuidado mayor cuando están montados en un coche eléctrico.
Es aquí donde empezamos a hablar de los amortiguadores.
La primera pregunta que nos surge es: ¿qué diferencias tienen los amortiguadores de un coche eléctrico y de combustión? De momento, eléctricos y térmicos montan el mismo sistema de suspensión; siempre adaptado a la necesidades particulares de cada modelo (urbano, todoterreno, todocamino…).
Pero sucede que, montados en un coche eléctrico, los amortiguadores suelen sufrir más y, por tanto, deben ser objeto de una revisión más exhaustiva. Hay dos razones que justifican este desgaste (ligeramente) mayor:
- Por un lado el uso eminentemente urbano que todavía se da a esta clase de vehículos. Aunque no se puede/debe generalizar, las vías de las ciudades suelen estar más accidentadas, con baches y vías destapadas… A esto hay que sumar las elevaciones de la calzada (guardias tumbados), cada vez más frecuentes en los barrios
- Por otro, y quizá más importante: en conjunto, los coches eléctricos son más pesados que lo de combustión y son los amortiguadores los que más sufren este sobrepeso.
Cómo saber si los amortiguadores están en mal estado
Los amortiguadores son un elemento clave en la seguridad de un vehículo. En muchas ocasiones no se les da la importancia que realmente tienen; y son muchos los conductores que desconocen que circular con los amortiguadores en mal estado puede desencadenar un accidente de tráfico.
Los amortiguadores de Daparto forman parte del sistema de suspensión. Se encargan de atenuar el impacto del movimiento del vehículo en el habitáculo. También de mantener el control y la estabilidad del vehículo y asegurar el contacto de las llantas con el suelo; además, ayudan a que la frenada sea más segura y brindan un mayor confort de marcha a los pasajeros.
Cuando los amortiguadores no están en buen estado:
- apreciarás un mayor rebote del coche al pasar por baches e irregularidades en la carretera
- al frenar en curvas, el coche se inclina excesivamente hacia el exterior y sufre subviraje; es decir, tiende a seguir recto
- los neumáticos deberían desgastarse de forma homogénea a lo largo de la zona de rodadura
- notarás ruidos extraños al superar un bache
La peor parte es que, como decimos, unos amortiguadores en mal estado pueden desequilibrar por completo el vehículo lo que supone un grave peligro.
Cada fabricante establece una serie de recomendaciones de revisión y cambio de los amortiguadores y elementos del sistema de suspensión, en función de los kilómetros recorridos. La vida media de este elemento suele ser de 60.000 kilómetros, si bien depende bastante de los hábitos de circulación del conductor. La recomendación general es proceder a una revisión cada 20.000 kilómetros.