Los principales fabricantes de japoneses de coches y baterías se han asociado con el gobierno para realizar un esfuerzo conjunto en la investigación y desarrollo de baterías de electrolito sólido con la creación del centro de desarrollo Libtec.
El consorcio creado con el fin de investigar y desarrollar baterías de electrolito sólido está formado por las principales empresas automovilísticas y de baterías de Japón: Toyota, Nissan, Honda, Panasonic y GS Yuasa. Junto con el gobierno de Tokio, se han puesto manos a la obra para crear las baterías de estado sólido que se montarán en la próxima generación de automóviles eléctricos.
Las empresas japonesas representaron el 70% del mercado global de baterías en 2013, pero el mercado ha pasado a ser dominado por China y Corea del Sur. Las compañías chinas expandieron su participación global combinada al 26% en 2016 desde el 3% de 2013. Durante el mismo período, la participación de los fabricantes japoneses se redujo al 41%.
El consorcio ha creado el Centro de Evaluación y Tecnología de Baterías de Iones de Litio, Libtec, que supervisará el proyecto y que comenzará a trabajar este mismo mes en lo que será el corazón de los próximos vehículos eléctricos de largo alcance. El proyecto está financiado con 16.000 millones de yenes (unos 122 millones de euros) por el gobierno japonés.
El objetivo de los socios es aumentar el rendimiento y la seguridad de las baterías. Lanzará un primer desarrollo de baterías de estado sólido en 2025 que permitirá autonomías de aproximadamente 550 kilómetros. En 2030 evolucionarán hasta los 800 kilómetros.
El proyecto se basa en la tecnología de electrolito sólido en la que Toyota ha estado trabajando durante algún tiempo pero hasta el momento no ha comercializado. Libtec combinará la experiencia de todos los miembros. Panasonic y Toyota ya mantienen desde hace tiempo una colaboración en el desarrollo de baterías para vehículos eléctricos. Por su parte también Nissan y Honda habían estado buscando desarrollar en conjunto este tipo de baterías, pero en las primeras conversaciones no habían llegado a firman ninguna cooperación del tipo que ahora se ha producido en Libtec.
La sustitución del electrolito líquido por un electrolito en estado sólido es uno de los campos que ha dado lugar a mayor número de investigaciones. Sus ventajas son tan importantes que acabarían con prácticamente todos los inconvenientes de las baterías actuales. Lograría un incremento de la densidad energética de entre un 20 y un 30 por ciento. Aumentaría la durabilidad de la batería al no existir apenas degradación fruto de las reacciones químicas del proceso de recarga las baterías podrán tener una duración prácticamente infinita. Podríamos estar hablando de cientos de miles de ciclos de carga y descarga. Las experiencias demuestran que se logra una mejora considerable en el funcionamiento de las baterías a bajas temperaturas.
Por último, se incrementaría la seguridad en la carga y la descarga. Ya que normalmente el electrolito líquido, al tratarse de un material inflamable, es el responsable de los problemas de sobrecalentamiento de las baterías causante de los incendios provocados tras un accidente que rompa la carcasa protectora de la batería. Esta última característica es de particular interés para el Ministerio de Industria de Japón que tiene como prioridad es establecimiento de estándares globales para esta tipología de baterías.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.