Queremos aclarar el concepto de las ‘cero emisiones’ de los coches eléctricos y hemos consultado con un experto en Medio Ambiente para que compare las emisiones de la energía necesaria para moverlo con las que emiten un coche de combustión y otro híbrido.
En las páginas web, en los concesionarios, publicidad e incluso en los distintivos ambientales que la DGT envía para nuestros vehículos a casa los coches eléctricos se consideran ‘cero emisiones’. ¿Pero es eso cierto? Si atendemos solamente al momento de utilización del coche, sí. Y también si el propietario del coche contrata con su compañía eléctrica una tarifa cien por cien renovable, algo que desde aquí aconsejamos hacer.
Si conducimos un vehículo eléctrico es cierto que durante su uso no se produce ningún tipo de combustión, y por lo tanto no se genera CO2 ni cualquier otro tipo de gas, como sí sucede en cualquier otro coche de combustión ya sea diésel, gasolina o híbrido. Por lo tanto los coches eléctricos no son ‘focos’ de emisión de gases. Pero la energía eléctrica acumulada en sus baterías, que se cargan en la red eléctrica, sí que tienen en origen posibles focos de emisión de gases, pues para generar esa electricidad se consumen combustibles fósiles que emiten CO2 a la atmósfera. Este es el motivo por el que el calificativo ‘cero emisiones’ queda a veces en entredicho.
Una vez entendido que, pese a emplear energía eléctrica para su movimiento, los coches eléctricos también son consumidores de combustibles fósiles (aunque sea en origen, en las centrales eléctricas), cabe pensar cómo se traduce eso en emisiones de gases a la atmósfera. Es decir, cuánto de contaminantes son en comparación con los coches de combustión interna. Consideramos, claro, el caso de que su propietario no haya contratado con su empresa suministradora de un tarifa especial de energía renovable.
Para ello vamos a tomar como referencia los gramos de CO2 por kilómetro que emiten los siguientes coches: Renault Zoe ZE 40 (analizado en esta misma web), Toyota Yaris (vehículo híbrido de gasolina) y Renault Clio ECO (motorización de gasolina). Bien es cierto que no tienen las mismas prestaciones como para que la comparación sea perfecta, pero sí que son bastantes similares tanto en tamaño como en los usos que se les podría dar habitualmente.
Para calcular las emisiones del Renault Zoe nos basamos en el análisis realizado en esta web, del que se desprende que para una capacidad de batería de 41 kWh se dispone de una autonomía aproximada de 250 km en autovía. Esta batería ha sido cargada en la red, y la energía eléctrica de esa red tiene diversos orígenes (lo que viene a conocerse con el nombre de mix eléctrico): energía eólica, solar, hidráulica, nuclear, carbón…
Nuestra comercializadora eléctrica nos da en la factura de la luz información respecto a las emisiones de CO2 de la electricidad que consumimos, en un cuadro similar al de la imagen. En él también se refleja el valor correspondiente a la media nacional (0,30 kgCO2/kWh), que es el que vamos a tomar para nuestro cálculo, y obtenido de los últimos datos disponibles en la web de la CNMC, correspondientes al año 2015.
Con todo ello obtenemos que para realizar esos 250 km con la carga de la batería de 41 kWh nuestro Renault Zoe emitió 12,3 kg de CO2. O lo que es lo mismo y para poder comparar, 49,2 gCO2/km.
Para conocer las emisiones de nuestros otros dos vehículos, vamos a consultar la web del IDAE, donde se recogen las emisiones de gases por kilómetro para todos los modelos de vehículos matriculados en España. Estas emisiones se recogen también en la ficha técnica de los vehículos según establece la normativa, aunque como se ha visto con el ‘caso Volkswagen’ en algunas ocasiones quizás no sean todo lo fiables que debieran. Así, mientras que el Renault Clio ECO2 (tomamos el más sencillo, de 90 caballos) emite la siguiente cantidad de CO2 a la atmósfera: 105 gCO2/km, para nuestro Toyota Yaris con motorización híbrida de gasolina obtenemos el siguiente valor: 75 gCO2/km.
Conclusiones del estudio
Hay que considerar que estos cálculos no son completos, porque no tienen en cuenta, por ejemplo, las pérdidas de transporte de la energía eléctrica o la cadena de valor de los combustibles fósiles. Pero el análisis sí que nos permite tener algunas ideas más claras respecto de los vehículos eléctricos.
La primera es que el vehículo eléctrico realmente sí que es un emisor de CO2, si bien es cierto que el foco se traslada a las fuentes de generación de la energía eléctrica y eso hace que en nuestras ciudades y carreteras sí que sean coches más limpios que los habituales.
Y la segunda es que, pese a que sí emite CO2, las emisiones totales son menores en comparación tanto con los coches de motorizaciones clásicas como con los híbridos.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.
Quisiera dejar un comentario en referencia a este artículo.
En el estado actual, de transición, en que estamos sumergidos tanto en el tema de motorización como de generación eléctrica creo que el análisis realizado es muy superficial, seguramente por falta de espacio. De alguna manera para quien es lego en la materia, introduce a confusión.
Desde el punto de vista energético el vehículo eléctrico es tres veces mas eficiente que el mejor motor de combustión. Por cada unidad de energía que proviene de combustible fósil solo aproximadamente el 30% se convierte en movimiento la energía excedente la desperdiciamos en forma de calor.El motor eléctrico, en promedio tiene un rendimiento del 90%.
Desde el punto de vista de la polución generada para suministrarle la energía eléctrica necesaria esta depende de la matriz energética de cada país.
En la medida que se incrementa la proporción generada con energía renovables disminuye el porcentaje equivalente de CO2 por Km del vehículo eléctrico. Es por ello que no creo que sea aplicable en general.
Por otro lado hay que tener en cuenta que si se quiere y se aplica la tecnología necesaria, es mas fácil limpiar los gases de combustión de los tiros de las generadoras termoeléctricas que cada uno de los caños de escapes de los vehículos que circulan.
En ese camino están los países centrales, descarbonizandose, lenta pero inexorablemente.
Por último, un detalle que se tiene poco en cuenta y es el de la polución acústica generada por el intenso tránsito con motor de combustión y las enfermedades que ello genera. Ahí nos pasamos al otro lado, con vehículos ultra silenciosos.
Muchas gracias.
La gente que pone palos en las ruedas a la movilidad eléctrica debería tener en cuenta que la gasolina super 95 y DIESEL (sobre todo estos) no sale del suelo…de ahí sale el crudo (de petroleo) luego tiene unos cuantos procesos químicos y físicos que también producen bastante CO2 (hay que calentarlo a mas de 400 ºC) y dudo que lo hagan con una lupa o paneles fotovoltaicos.
Ya puestos a decirlo todo, hay que tener en cuenta todo el proceso de producción de los coches así como sus materiales. ¿Solo por respirar los humanos también expulsamos CO2, lo contamos también? De momento la electricidad puede ser generada por fuentes renovables, ¿podemos decir eso de los térmicos? Este tipo de artículos hacen más mal que bien.