Después de Belle-Ile-en-Mer (Francia) y Porto Santo (Portugal), Renault ha elegido las islas de Fernando de Noronha en Brasil, inscritas en el patrimonio mundial de la Unesco, como el siguiente enclave que se convertirá en territorio inteligente. Su compromiso es que por esta isla no circule no un solo coche de combustión
Situadas en el nordeste de Brasil, las islas de Fernando de Noronha son conocidas por la variedad de su flora y de su fauna en la que conviven tortugas marinas, rayas, delfines y tiburones en unas aguas cálidas y cristalinas.
Renault Group en Brasil trabaja desde hace meses con el gobierno local a través del proyecto Noronha Zero Carbon para desarrollar en el enclave un ecosistema inteligente.
“El objetivo del proyecto Noronha Zero Carbon es hacer evolucionar el ecosistema energético del archipiélago, en la actualidad esencialmente fósil, y proponer fuentes de energía limpias y renovables para reducir las emisiones de efecto invernadero”, explican los responsables del proyecto.
Ni un solo coche de combustión en la isla
El primer paso del proyecto ha sido suministrar vehículos 100% eléctricos a la administración de la isla. Desde entonces, una parte de los habitantes de la isla se ha convertido a la movilidad eléctrica y han comprado 24 vehículos como el Renault ZOE, Twizy y Kangoo Z.E. La ambición es que, de aquí a 2030, no circule ningún vehículo térmico por la isla.
Otro pilar del proyecto es suministrar a la isla energía limpia y renovable; han creado, para ello, un sistema público completo de recarga solar con estaciones de recarga fotovoltaicas con paneles solares en sus techos.
Cada estación permite alimentar hasta seis vehículos de forma simultánea y suministra 26 MWh de energía al año. Esta energía generada equivale a 180.000 kilómetros recorridos sin emisiones, sustituyendo a alrededor de 20.000 litros de carburante fósil. El excedente de energía se envía a la red, para el uso de la comunidad local.
Por último, un acuerdo de cooperación técnica entre el gobierno y la Compañía de Energía de Pernambuco (Celpe) permite la activación de dos módulos de baterías solares fotovoltaicas, que refuerzan el sistema de almacenamiento en la isla y duplican la utilización de energía limpia en las horas punta.
«Por lo tanto, lo que tratamos de construir aquí es un ecosistema completo de vehículos eléctricos, puntos de recarga y almacenamiento basado en una energía renovable. Un gran paso hacia la descarbonización de este lugar idílico”, afirman.
Belle-île, Porto-Santo y las islas de Fernando de Noronha en Brasil son claros ejemplos que muestran que existen caminos posibles para favorecer el despliegue de territorios sostenibles con huella de carbono nula.
Los 10 coches eléctricos más baratos que comprar en 2021 (con ‘descuentazo’ del Plan Moves III)
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe