Aunque se anunció la convocatoria de elecciones generales hace prácticamente un mes, después del revés sufrido por los partidos de la coalición gubernamental en las elecciones municipales y autonómicas, no han cesado los anuncios. Aunque no se ha anunciado aún el detalle de la segunda convocatoria del PERTE VEC, que se esperaba para julio, han anunciado la tercera convocatoria.
El ministro de Industria, Comercio y Turismo, Héctor Gómez, sorprendió ayer a propios y extraños con otra convocatoria con una dotación de 1.200 millones de euros procedentes de fondos europeos. España fue el primer país europeo en pedir dichos fondos, pero lleva un retraso considerable a la hora de repartirlos.
Ese presupuesto de 1.200 millones de euros se unirá a los 2.200 millones que ya se habían previsto para la segunda convocatoria del PERTE VEC. Entre las empresas que han mostrado su interés por acogerse a estas ayudas encontraremos a SEAT, Stellantis o Bosch. España es el segundo fabricante europeo más importante de vehículos, y se encuentra entre los 10 primeros del mundo desde hace décadas.
De la segunda convocatoria del PERTE VEC sabemos que tendrá dos líneas de actuación. Por una parte, baterías para vehículos eléctricos, cubriendo desde el procesamiento de las materias primas necesarias para su elaboración, hasta la producción a nivel industrial de celdas que posteriormente formarán paquetes de baterías.
La segunda línea de actuación se refiere a los vehículos, tanto totalmente eléctricos como alimentados a base de pila de combustible de hidrógeno, incluyendo prototipos. La industria española en este momento trabaja con híbridos y eléctricos, pero con varios componentes ensamblados en el extranjero -como sucede siempre con las celdas de batería-.
Las iniciativas del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado (PERTE VEC, por abreviar) se nutren de fondos públicos para estimular la colaboración público-privada. Para optar a esos fondos, las empresas solicitantes tienen que cumplir una serie de requisitos. Cada proyecto enviado tiene que ser aprobado de forma individual tras ser estudiado por parte de funcionarios y técnicos.
Estos fondos tratan de proteger a la industria del motor nacional, que sufrirá transformaciones inevitables por abrazar la electromovilidad y será menos intensiva en mano de obra para la fabricación de vehículos, pero por otra parte necesitará nuevos profesionales y la producción de otros componentes para lograr economías de escala.
Para construir coches eléctricos no hacen falta tantas piezas móviles, pero necesitan piezas de mayor sofisticación: electrónica de control, inversores, puertos de carga, cableado, sistemas de conectividad inalámbricos, gestión de salud de las celdas, etc. Cuantos más componentes se localicen dentro de España, mayor será la competitividad de nuestras fábricas.
El anuncio de la tercera convocatoria del PERTE VEC no será algo fácilmente explotable a nivel electoral para los comicios del 23 de julio, más bien algo que había que hacer sí o sí, y que involucrará al siguiente inquilino de La Moncloa y los altos cargos relacionados con estas materias.