Los sistemas ADAS reciben múltiples datos de distintas fuentes y los procesan. Entre los sensores posibles: cámaras, radar, ultrasonidos y láser LIDAR, que a veces se complementan con información tridimensional de la vía procedente del sistema de navegación. Carglass ha realizado un pequeño informe sobre cómo funcionan, cómo detectan situaciones de riesgo y asisten al conductor.
Hemos hablado otras veces de los sistemas ADAS, de los retos a los que se enfrentan para un correcto funcionamiento; incluso de los que deberán incorporar los coches a partir de julio de 2022.
Explica el informe que los sistemas avanzados de asistencia a la conducción ADAS necesitan generar un reconocimiento fiable del entorno del vehículo. Así, detectan situaciones de riesgo y pueden asistir al conductor.
La unidad del control del sistema recibe información de diversas fuentes. Pero, señala Carglass:
“¿Cuáles son esas fuentes, qué datos aporta cada una y cómo se complementan?”.
La información de los sistemas ADAS
Cámaras
Es el componente principal del sistema y suelen estar montadas en la parte superior central del parabrisas. Recuerda Carglass que, cuando se sustituye, es necesario volver a montar y recalibrar las cámaras.
Las ventajas de las cámaras son muchas. Entre ellas, su amplio rango de visión (de 50 a 500 metros, y de hasta 180º) y su reconocimiento de los colores; su capacidad para registrar los objetos espacialmente, determinar su distancia y reconocer espacios vacíos; asimismo, gracias a diferentes algoritmos y al uso de inteligencia artificial (IA), son capaces de ofrecer un reconocimiento fiable de peatones, animales y objetos; y, además, leen letras y números en las señales de tráfico.
Eso sí, las cámaras sólo pueden “entender” lo que haya sido previamente clasificado en su software.
A pesar de su capacidad de visión, las cámaras no podrían alimentar de información por sí solas a los sistemas de seguridad ADAS: ofrecen problemas de visión cuando están sucias, llueve, nieva o hay niebla; y también están sujetas a ilusiones ópticas naturales.
Radar
El radar –que suele estar instalado tras la parrilla delantera del vehículo, tras un plástico de protección- ayuda a localizar objetos, estáticos o en movimiento. Gracias al efecto Doppler, es capaz de determinar con precisión la velocidad relativa, distancia y posición de los objetos en el entorno del vehículo.
Su alcance es elevado: 250 metros y 360 grados. Además, no se ve afectado por las inclemencias meteorológicas y mide todos los valores relevantes, sin necesidad de realizar cálculos, como: ángulo, distancia, velocidad, parámetros del material.
La debilidad del radar es que no tiene “capacidad semántica”, es decir, no es capaz de reconocer formas, colores y objetos determinados.
Láser LIDAR
Es un sensor caro y complejo y fundamental en el futuro de la conducción autónoma. Actualmente, son pocos los modelos que lo incorporan.
El punto fuerte del láser LIDAR (Light Detection and Ranging) es su capacidad para medir con precisión en 3D (distancia, posición y altura) a mucha distancia (200 metros de alcance).
No obstante, necesita el apoyo de otros sensores, porque su alcance se reduce drásticamente en condiciones de niebla, lluvia o cuando está sucio. Además, no reconoce colores, aunque sí materiales.
Ultrasonidos
Instalados en los paragolpes, son sensores muy fiables.
Funcionan con la técnica del sonar (al igual que los murciélagos). Es decir, envían impulsos ultrasónicos que rebotan en los objetos y cuyos ecos son analizados para obtener información. Sin embargo, sólo sirven para los sistemas de asistencia a la conducción relacionados con el estacionamiento del vehículo. La causa es que tienen un alcance de seis metros y sólo funcionan a bajas velocidades.
Sistema de navegación y mapas ADAS
Algunos vehículos también emplean los datos de los mapas digitales tridimensionales generados por los sistemas de navegación.
Su gran ventaja es que no dependen, como los sensores, de un alcance determinado: su información (la cartografía 3D de toda la red viaria) está ya registrada. Eso permite generar un horizonte virtual con la ruta que hay por delante de nosotros, con todos sus atributos relevantes.
Los mapas ADAS de algunos sistemas de navegación proporcionan información de elevada calidad sobre la carretera. Aportan datos precisos de: pendiente, carriles, curvatura o límites de velocidad. Además, esos mapas se alimentan y actualizan constantemente con la información de millones de vehículos que los equipan.
Por ejemplo, los datos de alta precisión sobre la curvatura y la pendiente de la carretera ayudan a los sistemas de control de crucero predictivo a frenar y acelerar de forma proactiva.
Asimismo, ayudan a los sistemas ADAS de guiado y el mantenimiento del carril en tramos de autopista y en cruces complejos. Proporcionan valiosa información del número de carriles, sus conexiones, el tipo de divisor entre ellos o la forma de los cruces.
Los mapas de los sistemas de navegación también ofrecen información a los sistemas ADAS sobre los límites de velocidad de las vías, semáforos o señales de tráfico.