- BYD entra en la pelea para liderar la tecnología de conducción autónoma.
- Los coches eléctricos chinos de la marca podrían contar con su propio sistema operativo a partir de noviembre.
- BYD intensifica la competición en Europa con el Sealion 7, su nuevo SUV coupé 100% eléctrico
El gigante chino de la automoción BYD continúa trabajando para consolidarse como el mayor fabricante de coches eléctricos en el mundo. La firma cerró 2023 con 1,57 millones de eléctricos vendidos pero parece no querer quedarse ahí, ya que podría tener lista su propia tecnología de conducción autónoma.
Por el momento, algunos de los coches Premium de BYD contaban con tecnologías de conducción autónoma, pero la firma dependía de proveedores de este tipo de tecnologías para incluirlas en sus vehículos. Esto podría cambiar pronto.
Según avanza el medio chino CnEVPost, fuentes de la compañía han confirmado que BYD empezará a producir su propia plataforma de tecnología de conducción autónoma en el próximo mes de noviembre. Recibirá el nombre de DiPilot y equipará diferentes versiones dependiendo de su capacidad de procesamiento. Para su desarrollo, BYD podría basarlo en la plataforma Nvidia.
BYD acelera en la carrera tecnológica
Tras una serie de cambios organizativos en la compañía, BYD ha priorizado su objetivo de contar con algoritmos de conducción inteligente desarrollados de forma interna y listos para su producción en masa.
En concreto, el sistema DiPilot podría contar con tres variantes:
- DiPilot 100: contará con 100 TOPS, es decir, 100 billones de operaciones por segundo. Este sistema estará basado en el chip Drive Orin N de NVIDIA.
- DiPilot 300 y DiPilot 600: contarán con chips Orin X de NVIDIA.
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Con este nuevo desarrollo, BYD conseguirá principalmente dos beneficios: reducir sus costes de producción de vehículos eléctricos y obtener con ello un aumento en las ventas. Por el momento, los coches más caros de la marca son los únicos que ofrecen los sistemas más avanzados de asistencia, siendo los que superan los 26.000 euros de precio de partida en China. Con la introducción de la tecnología propia, BYD tendría planes para equipar con DiPilot a los vehículos que comiencen en unos 13.000 euros, aunque sea de manera opcional.
La clave está en la cadena de suministro
En China, más allá del soporte gubernamental con el que los gigantes de la automoción han contado prácticamente desde su nacimiento, los fabricantes apuntalan su actividad poniendo especial atención al control de toda la cadena de valor del coche eléctrico.
No en vano, en menos de dos años, BYD ha llevado a cabo la producción masiva de funciones de conducción inteligente de alto nivel para sus modelos más vendidos. Todo ello apostando por equipar tecnología propia, reduciendo la dependencia de otros actores del sector tecnológico.
Hay que tener en cuenta también que la feroz competencia está haciendo su trabajo en el mercado chino, en el que las marcas desaparecen con la misma rapidez con la que nacen. Esto está beneficiando a gigantes como BYD, que se ven en la posición correcta para adquirir sistemas que ya han probado su viabilidad en la producción en masa.
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