Hace algo más de un año, la marca bávara presentó el X1 con la promesa de que pronto tendría versiones electrificadas. Dicho y hecho, nos ponemos al volante del BMW iX1, un SUV eléctrico de 313 CV en el que todo tiene ese aire premium que tanto (nos) gusta a los seguidores de la casa
Sin hacer demasiado ruido, BMW se está convirtiendo en uno de los fabricantes que más firmemente apuesta por la movilidad eléctrica. Cinco modelos forman parte, a día de hoy, de la familia i, la cien por cien eléctrica; mientras que su gama de híbridos enchufables puede presumir de no tener parangón, ni en número ni en diversidad.
El BMW iX1 es un todocamino cero emisiones de 4,5 metros de largo, 1,8 metros de ancho y algo más de 1,6 metros de alto.
BMW iX1
El BMW iX1 se presenta como el primer coche eléctrico con tracción integral desarrollado para el mercado de alta gama. Parte de la base del X1 de combustión con el que comparte cotas y diseño exterior.
Visto por fuera delatan que estamos ante un modelo eléctrico los clásicos riñones de BMW cerrados; aunque lo cierto es que este detalle pasa casi desapercibido porque se mantienen las láminas verticales. Algunas secciones tienen una fina línea de color azul, como el logotipo. Como es lógico no hay tubos escape (la versión PHEV sí los tiene, pero totalmente escondidos por los paragolpes).
En el interior, el gran protagonista es el nuevo BMW Curved Display resultado de la unción de una pantalla de 10,25 pulgadas y otra de 10,7 pulgadas desde las que se controlan prácticamente todas las funciones ya que apenas hay botones físicos. Que esto guste más o menos es cuestión personal, en mi caso, soy de las que aboga por mantener fuera el acceso directo a los mandos de, al menos el climatizador. Hay que reconocer que a nivel estético gana puntos porque da una sensación minimalista muy acogedora.
Dos motores eléctricos
El BMW iX1 tiene dos motores eléctricos, uno en cada eje, que trabajan juntos para ofrecer una potencia máxima de 313 CV y un par de 494 Nm. El cien por cien eléctrico gana a cualquier otro X1 en prestaciones, con 180 km/h de velocidad punta y la capacidad de pasar de 0 a 100 km/h en solo 5,7 segundos.
De alimentar estos dos motores se encarga una batería de iones de litio de 64,7 kWh de capacidad. La autonomía homologada es de 413 km.
La toma de carga está en la aleta posterior derecha (al contrario que en la versión híbrida enchufable que está en la parte delantera). De serie, acepta una potencia de carga máxima de 11 kWh con la que recupera hasta 100 km en poco más de 10 minutos. Con un cargador rápido a 130 kW en 29 minutos pasa del 10 al 80% de a carga.
Primera toma de contacto
Antes hacer una prueba más en profundidad, BMW nos ha dado la oportunidad de tener una primera toma de contacto con el SUV eléctrico en diferentes entornos.
Al acceder al habitáculo uno percibe esa sensación premium que ofrecen todos los modelos de la gama. Los asientos firmes pero cómodos, los materiales de calidad. La vista se va al
En marcha, las sensaciones se incrementan porque apenas hay ruido que nos despiste de lo que hemos venido a hacer: disfrutar de la conducción. Mención especial merece el silbido que emite la mecánica al acelerar y que hace sentir que algo muy bueno está a punto de suceder…
Y es que, con 313 CV, el BMW iX1 tiene potencia suficiente para satisfacer a los conductores más exigentes y eso sin que ninguno se revele o se vuelva difícil de controlar en algún momento. En tramos algo más complicados (y divertidos) el aplomo es muy bueno (ayudan las dos toneladas de peso y la ubicación de las baterías) y el coche enlaza una curva tras otra sin problemas colocándose justo donde y cuándo el conductor quiere.
Frenada predictiva
El BMW iX1 ofrece varios modos de conducción, entre ellos un modo relax en el que se activa el masaje de los asientos y se reproduce una música relajante. También tiene un modo D en el que el que se deja correr el coche, pudiendo llevar a cabo una conducción a vela y transmitiendo unas sensaciones similares a las que se experimenta en un modelo de combustión
No hemos cálculo de consumos en esta primera roma de contacto; sí hemos comprobado lo bien que funciona el modo B para maximizar la autonomía y que modifica la respuesta de la dirección y los pedales hasta rememorar el One Pedal Feeling del BMW i3.
Pero la gran aportación del iX1 en este apartado es la tecnología predictiva que emplea sistemas de asistencia a la conducción como las cámaras y la información que aporta el navegador para graduar de manera automática la respuesta de los pedales y recuperar el máximo de energía en frenadas y deceleraciones. Esto es en la teoría, pero en la práctica resulta mucho mejor no solo porque funciona y aumenta la eficiencia sino porque hace que el coche sea todavía más cómodo de conducir y aporta un plus de seguridad.
Navegación con realidad aumentada
Hay que hablar también del sistema de navegación que muestra información tanto en la pantalla central como en el Head Up Display (que lo tenga es otro punto más a sumar).
¿Por qué le doy tanta importancia a esta tecnología? Porque aporta mucho valor a la conducción gracias a la realidad aumentada que hace que cuando el vehículo se acerca a la salida que debe tomar la pantalla se divida en dos y muestre en una parte una imagen real de la calzada.
Vale lo que cuesta
Tras esta primera toma de contacto he tenido la misma sensación que mientras conduje el Audi Q4 Sportback, que será uno de sus grandes rivales: el coche es caro sí, pero vale lo que cuesta.
A la gama iX1 se accede desde 56.400 euros; que es más o menos lo mismo que cuesta el Mercedes EQA o el Audi Q4 Sportback, aunque este último tiene más autonomía.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe