Utilizando motores recuperados de varios Audi e-tron, Audi ha transformado un molino de viento mallorquín en desuso en un generador de electricidad capaz de suministrar una potencia de hasta 15 kW
Atent@s a la lección de economía circular que ha preparado Audi. Bautizado como proyecto (M)icrogrid aplica los principios de reducir, reutilizar y reciclar para transformar un tradicional molino de viento mallorquín en un sistema de generación de energía.
El corazón de esta transformación son varios motores de segunda vida reacondicionados provenientes de los vehículos eléctricos de la flota interna de Audi.
Un molino de viento con motores eléctricos de los Audi e-tron
“Acoplado al mecanismo del molino mediante los componentes necesarios (transmisión, cojinetes, unidad de control electrónico…) y convenientemente adaptado para trabajar en el rango adecuado, las aspas impulsadas por el viento hacen girar el motor eléctrico” explican los responsables del proyecto. Después, “transforma la energía mecánica en energía eléctrica de modo similar a como lo hace el sistema de recuperación de energía en un vehículo eléctrico“.
“Esta energía eléctrica se puede utilizar para autoconsumo, y el remanente se vuelca directamente en la red”, añaden.
Puesto que la capacidad máxima de generación de potencia de este sistema está limitada en gran parte por las características del molino, el motor eléctrico procedente de vehículos Audi e-tron funciona muy por debajo de su capacidad.
Aun así, la potencia estimada que puede generar es de unos 15 kW.
Siguiente paso: almacenar la energía con baterías recicladas
Una vez en marcha el proyecto, Audi va a estudiar el comportamiento del sistema y su funcionamiento en distintas condiciones de uso, para definir modelos futuros de cooperación y ampliación.
Por ejemplo, una expansión del concepto permitiría acoplar baterías de segunda vida y crear sistemas de generación y almacenamiento de energía estacionaria, que serviría para amortiguar los picos de demanda de electricidad.
De lo tradicional a la innovación
Destinado originalmente a la extracción de agua del subsuelo, el molino elegido para este proyecto está situado en la localidad de Son Ferrol, a muy pocos kilómetros del aeropuerto de Palma de Mallorca, y se le conoce con el sobrenombre de “Son España”.
Se trata de uno de los más de 600 molinos harineros y de viento que forman parte del paisaje de la isla, reconocibles por su peculiar construcción, con una torre de obra y un sistema de palas utilizando elementos materiales y técnicas de la arquitectura local.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe