La Fundación para el Medioambiente de Audi ha colaborado con la Universidad de Minería y Tecnología de Freiberg para desarrollar nuevas formas de extracción de metales imprescindibles para tecnologías como la fibra óptica, la energía fotovoltaica y los semiconductores. Para ello, han hecho uso de la tecnología de membranas, que hace de la extracción de materias primas un proceso más sostenible.
La colaboración se ha centradoen la extracción de metales como el indio, el germanio, el cobalto, el litio y las tierras raras, unos materiales considerados críticos por la Unión Europea en 2020. Estas materias primas, que actualmente tienen un gran impacto en la economía, corren un alto riesgo de sufrir incidencias en el suministro.
Uno de los principales problemas es su concentración en unos pocos países del mundo, por lo que acceder a ellas es complicado. Además, muchas veces se encuentran en cantidades pequeñas, por lo que su extracción no es rentable. A ello se suma el impacto significativo que las actividades mineras tienen en el medio ambiente.
Por ello, la Fundación para el Medioambiente de Audi, junto con el Instituto de Ingeniería de Procesos Térmicos, Medioambientales y de Recursos de la Universidad de Minería y Tecnología de Freiberg, han llevado a cabo un proyecto de investigación durante dos años con el objetivo de hacer más sostenible la minería.
Extracción sostenible de materias primas de alta tecnología
El proyecto ha trabajado durante dos años con el objetivo de no destruir el entorno natural con perforaciones y voladuras a gran escala. Para ello, a diferencia de los procesos de la minería convencional, se han utilizado métodos microinvasivos similares a las de las prácticas quirúrgicas modernas.
Entre las ventajas de estas prácticas destacan la ausencia de maquinaria pesada y que se requiere mucha menos energía y productos químicos. Rüdiger Recknagel, Director de la Fundación para el Medioambiente de Audi, explica:
“El proceso es innovador y respetuoso con el medio ambiente, ya que se evitan en gran medida las grandes actividades mineras y se pueden extraer incluso pequeñas cantidades de mineral”.
El proceso se conoce como biolixiviación in situ, desarrollado y probado en laboratorio antes de ser probado en condiciones reales en la mina de investigación de la Universidad de Minería y Tecnología de Freiberg. Los investigadores realizan perforaciones bajo tierra en la veta del mineral, generando pequeños orificios. La lixiviación permite disolver del mineral los elementos a extraer, con la ayuda de microorganismos que ya están presentes en la mina.
Roland Haseneder, del Instituto de Ingeniería de Procesos Térmicos, Medioambientales y de Recursos, señala:
“Las bacterias son pequeños mineros que ayudan a transferir los iones metálicos a una solución. El hecho de trabajar in situ permite que no haya costes de transporte ni esfuerzos logísticos”.
Además, la planta separa los microorganismos y los devuelve al proceso de lixiviación siguiendo el espíritu de la economía circular.
El objetivo de este proceso es separar y enriquecer el indio y el germanio de una mezcla multicomponente. Estos dos metales estratégicos son necesarios para la fabricación de una serie de productos de última tecnología como pantallas planas, displays táctiles, sistemas de navegación, tecnología de fibra óptica, chips de ordenador, sistemas fotovoltaicos y cojinetes para automóviles.
Dados los buenos resultados de la tecnología, la Universidad de Minería y Tecnología de Freiberg ya busca socios para aplicar los métodos en otros emplzamientos. Según explican, el objetivo final es implantar la minería microinvasiva a nivel global.
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