Hoy día, Peugeot ofrece al público varios modelos eléctricos, pero si tiramos de hemeroteca, comprobaremos que, como otros tantos fabricantes, la tecnología se fue probando a pequeña escala para comprobar si era viable. El primer antecedente lo encontramos en el Véhicule Léger de Ville, o Peugeot VLV, que apareció en la Francia ocupada en 1941.
En aquel momento la gasolina era un bien escaso y restringido a los particulares, así que este y otros modelos de fabricación artesanal y escasas prestaciones permitieron a unos privilegiados moverse entonces, hasta que en 1942 los ocupantes prohibieron hasta esos vehículos. El Peugeot VLV circulaba hasta 80 km con una punta de 36 km/h, gracias a baterías de plomo. Se fabricaron 377 ejemplares.
Tiempo después, en los años 70, la marca realizó pruebas con un prototipo del Peugeot 104 con motor eléctrico, que recorrió 30.000 km en al año, pero no se produjo en serie. En la década siguiente, 20 unidades del Peugeot 205 se equiparon con baterías y un motor eléctrico en una prueba piloto. Fue el paso previo a ofrecer flotillas de vehículos eléctricos a ciertas empresas.
En 1989, Peugeot suministró 50 furgonetas J5 con baterías SAF y totalmente eléctricas a la empresa EDF, y también se hizo lo propio con el modelo gemelo de Citroën, la C25. Podéis saber más en el vídeo de época sobre estas líneas. Poco después, en 1993, comenzó el desarrollo del Peugeot 106 Électrique. Tras una primera prueba piloto con 25 unidades, se decidió su producción en serie para 1995.
Entre 1990 y 2003 se produjeron 2.798.246 unidades del utilitario, aunque solamente 3.542 tuvieron propulsión eléctrica. Es posible encontrar unidades supervivientes incluso en la actualidad. Peugeot fue el primer fabricante europeo en ofrecer el mismo coche con motorizaciones gasolina, diésel y eléctrica. También hubo versiones Citroën de los modelos AX y Saxo con similar tecnología.
El Peugeot 106 Électrique era relativamente avanzado para la época, pues podía alcanzar los 110 km/h y recorrer unos 80 km. Sus pesadas baterías de plomo se cargaban al 80% en 2 horas, y del 80% al 100% en otras cuatro horas. El problema principal seguían siendo las baterías: voluminosas, pesadas, con poca intensidad de corriente… y eso determinaba la potencia disponible para el motor.
Gama Peugeot 2023: pisando el acelerador hacia la electrificación
Muchos tendrán en mente el siguiente salto, el Peugeot i0n de 2010, un codesarrollo con Mitsubishi, pero antes de que se pusiese ese coche a la venta, hay varios prototipos que merecen mención. El primero de ellos fue el Ion Concept (1994), con baterías de níquel-cadmio y 20 kW de potencia. Tenía reproductor de CD, teléfono móvil con función manos libres, y hasta pantalla LCD, un visionario.
En 1996 se presentó el Tulip como un anticipo de la visión de coches compartidos y eléctricos, y unos años más tarde, en el 2000, de cuatro visiones de coches urbanos -los City Toyz- dos fueron eléctricos, el e-doll y el Bobslid. Por último, hay que mencionar dos prototipos más modernos, el BB1 de 2009 y el EX1 de 2010, al borde de la comercialización del i0n.