Schaeffler ha dado a conocer un artículo sobre los “retos de la movilidad sostenible”. Una de sus conclusiones es que hay que seguir trabajando en los motores de combustión, en la hibridación y en la electrificación.
Hemos hablado muchas veces de Schaeffler. Recientemente, decíamos que el Grupo es uno de los principales proveedores mundiales de los sectores de automoción e industrial.
Acaban de publicar el artículo: “Los retos de la movilidad sostenible”. La compañía explica que el CO2 es el principal responsable del calentamiento global. Recuerdan que, según los Acuerdos de París, el límite del calentamiento global debe estar por debajo de dos grados.
Motores de combustión, híbridos y eléctricos
Con respecto a los automóviles, indican:
“Si el volumen de producción de automóviles sigue creciendo al ritmo actual, en 2050 se producirán 120 millones de coches y habrá 2.000 millones de coches circulando en el planeta”.
De ahí que Schaeffler considere la movilidad como un factor clave en estos fenómenos. De ahí que para conseguir una movilidad libre de emisiones de CO2 y una transición eficiente, “las marcas de automóviles, los fabricantes de componentes y el sector energético se enfrentan a numerosos retos entrelazados”.
También opinan que “la electrificación es el camino elegido hacia una movilidad libre de emisiones, pero faltan muchos años hasta que esta tecnología cope el mercado”. Según sus estimaciones:
- En 2030, un 30% de los automóviles se moverá con motor de combustión, un 40% serán híbridos y un 30% puramente eléctricos
- Para 2050, un 9% de los automóviles será de combustión, un 25% híbridos y un 66%, eléctricos o de hidrógeno.
En consecuencia, para cumplir los objetivos de París, hay que seguir trabajando en los motores de combustión, en la hibridación y en la electrificación.
Asimismo, aseguran que los consumos y emisiones de CO2 de los motores de combustión tienen mucho margen de mejora.
Un círculo vicioso
Añaden que otro reto es conseguir que los consumidores se decanten por los coches eléctricos, lo que no sucede hoy. En el primer semestre de 2019 se comercializaron alrededor de 39 millones de automóviles en todo el mundo. Y de ellos, sólo el 1,9% del total fueron eléctricos.
Consideran que para conseguirlo hay que salir de un círculo vicioso:
“la escasa demanda no permite generar economías de escala que permitan reducir los precios de las baterías, que suponen el 45% del coste de un coche eléctrico. Para que un coche eléctrico pueda competir con el precio medio de un automóvil convencional, el coste de las baterías tiene que caer un 67% en la próxima década. Y el reducido parque tampoco anima a generar las infraestructuras necesarias para la recarga de los eléctricos”.
Energía
Piensan que es necesario alcanzar un punto de encuentro entre el sector energético, el del automóvil y los consumidores.
La movilidad del mañana sólo será sostenible si se consideran todos los eslabones de la cadena energética, desde la generación hasta la utilización en vehículos. Trasladar las emisiones de un lugar a otro –de los coches a las centrales térmicas- no tiene ningún impacto en el balance general de CO2.
Además, el objetivo de generar el 100% de la energía eléctrica sin emitir CO2 no se va a conseguir en las tres próximas décadas. Según datos de IEA (International Energy Agency):
- En 2017 se produjeron en el mundo 25.000 TWh de electricidad, más del 75% de fuentes convencionales.
- Para 2050 se doblará esa producción hasta las 50.000 TWh, y solo un tercio de esa cifra procederá de energías renovables.
Los coches almacenan esa energía en baterías, que también plantean retos. La construcción de las baterías con la tecnología actual depende del suministro de litio y cobalto. Según las estimaciones de producción de automóviles eléctricos e híbridos, y de otros dispositivos que emplean baterías, las reservas actuales de cobalto se agotarán en el año 2039; y las de litio en el año 2047.
En consecuencia, un complicado panorama en el que la compañía apunta a tecnologías de almacenamiento de electricidad y a alternativas como el hidrógeno con optimismo.