Los conductores deben revisar su salud visual habitualmente. Es la conclusión lógica tras los resultados del estudio “Visión y Conducción” realizado por Fesvial, Essilor, INTRAS y Cepsa. Deslumbramiento, falta de agudeza visual, o de visión lateral, incluso problemas sin buena iluminación afectan a la seguridad vial.
Hemos hablado otras veces de sistemas de seguridad y de cómo los vehículos van incorporándolos para aumentar la seguridad vial. Pero el conductor es fundamental en este tema y su salud visual, vital. De ahí el estudio “Visión y Conducción”.
Fesvial, Essilor, INTRAS (Instituto de Tráfico y Seguridad Vial de la Universitat de València) y Cepsa han realizado el estudio. Ha sido coincidiendo con estas fechas, en las que se producen tantos desplazamientos por nuestras carreteras. En esa línea llega el resultado, realizado sobre 3.200 conductores de toda España.
La iniciativa se enmarca en el acuerdo global entre Essilor, compañía de lentes oftálmicas, y la Federación Internacional del Automóvil (FIA). La primera campaña se realizó el año pasado. El objetivo es concienciar a los conductores bajo el lema “La seguridad vial empieza por una buena visión”.
Consiste, por un lado, en un estudio de opinión sobre hábitos, creencias y actitudes sobre la visión y conducción. Por otro, en la investigación para profundizar y conocer realmente el “estado de la salud visual” de los conductores españoles. Se realiza a través de unas pruebas visuales específicas para la conducción, complementarias al examen visual habitual que realizan los profesionales de la visión.
Así, se han medido capacidades vitales para la conducción. Entre ellas: agudeza visual binocular de lejos, sensibilidad al contraste, capacidad de recuperación ante un deslumbramiento, percepción cromática, campo visual. Todo ello con la colaboración de Cepsa, que ha cedido diferentes espacios en sus estaciones de servicio para las pruebas.
Algunas conclusiones sobre salud visual
Debemos tener en cuenta algunas de sus conclusiones sobre la salud visual de los conductores. Son importantes de cara a nuestra seguridad vial y la de los demás.
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Ametropía. El 29,5% (unos 8 millones) de los conductores españoles presenta deficiencias en ametropía (miopía o hipermetropía). Eso dificulta que vean con nitidez señales o marcas viales. Asimismo, complica el cálculo correcto de distancias de seguridad, velocidad de otros vehículos. En consecuencia, se alteran los tiempos de reacción.
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Agudeza visual. El 38% presenta dificultades de visión en situaciones de baja iluminación. Esto afecta a su capacidad de adaptación y reacción en situaciones como el amanecer o el atardecer. Además, complica la conducción en condiciones climatológicas adversas. La conducción nocturna con mala visión es un claro riesgo ya que reduce la agudeza visual en un 70%, Asimismo, reduce la captación de la profundidad, pudiendo llegar a ser 7 veces menor.
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Condiciones de iluminación óptimas. En condiciones óptimas de iluminación, el 14% también tendría dificultades. Eso supone la detección tardía de estímulos y un mayor esfuerzo en la interpretación de las señales de tráfico. Además, dificulta la correcta estimación de distancias o velocidad de otros vehículos.
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Deslumbramiento. El 32,6% de los conductores confiesan enfrentarse con mucha o bastante frecuencia al deslumbramiento por otro vehículo. Igualmente, el 15% reconoce que se enfrenta al deslumbramiento a la salida de un túnel. En casos de deslumbramiento, la recuperación es clave. El estudio comprobó que el 44% de los conductores tarda más de 20 segundos en recuperar totalmente la visión central tras un deslumbramiento. Esto es de gran importancia porque a 120 km/h, ese tiempo de reacción nos lleva a recorrer 170 m sin una visión correcta.
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Campimetría. También analizaron la campimetría, extensión del campo visual del ojo, desde los 45° a los 100 °. El resultado de las pruebas indica que el 23,5% de los conductores presentan deficiencias en campimetría (vista lateral). Eso supone dificultades para gestionar situaciones de tráfico como intersecciones, cambios de carril o adelantamientos. Los problemas en campimetría tienen mucho que ver en los atropellos a peatones (la mayoría por irrupción lateral). Además, entorpece la visión de los retrovisores, incrementa el ángulo muerto y dificulta el campo visual conforme aumenta la velocidad.
No sólo los conductores deben examinar su visión regularmente. Toda la población debería hacerlo, aunque cierto es que un conductor con problemas de agudeza visual o cualquier otra deficiencia, tiene más posibilidades de sufrir un percance. Todos sabemos el efecto en metros que supone frenar un segundo antes o después cuando se conduce un automóvil.