El futuro impone soluciones de movilidad compartida en las grandes ciudades, esa tendencia parece estar clara, sobre todo desde que las instituciones públicas están apoyando a las empresas que dan esos servicios, pero… ¿están preparados los fabricantes para que desciendan las ventas de vehículos a medida que vaya creciendo el número de usuarios que no consideren necesario tener en propiedad un vehículo?
En las grandes ciudades hay una creciente cifra de personas que, a pesar de tener un vehículo, no lo utiliza durante la semana, ya que por temas de aparcamiento, de contaminación, etcétera, prefieren usar servicios de coche compartido. Todo ello lleva a pensar si está lejos el momento en que las ventas de coches se estanquen y se inicie el descenso.
Desde que se lanzaron al mercado los automóviles, los fabricantes han tenido a su favor el deseo generalizado de tener un vehículo en propiedad y de que el dueño lo utilizara en exclusividad. Sin embargo, esas tendencias, aunque continúen vigentes, ya tienen su contrapunto en el “uso compartido”, vehículos en los que se comparte el viaje con el conductor, o que forman parte de flotas y se utilizan sin ser propios, por lo que la pregunta que nos hacemos parece oportuna.
Los fabricantes necesitan reinventarse. Con respecto a la tecnología ya lo estamos viendo a través de los diversos acuerdos que han firmado con empresas tecnológicas, del desarrollo de nuevas líneas I+D+i para diversificar la energía que impulsa a los vehículos, de la inversión en compañías de movilidad compartida o de la creación de flotas propias para uso compartido.
Movilidad compartida, una cuestión de negocio
Así lo indicaba la estadounidense Bloomberg recientemente. Mercedes-Benz Daimler AG compró una participación en CleverShuttle, después de que ésta empezara a operar en 2016 en Alemania. Ofrece un servicio a través de una app, algo similar a Uber, que empareja personas que buscan un viaje con otros pasajeros en la misma vecindad. En las cinco ciudades alemanas en las que opera en este momento, ya tiene más de 650.000 usuarios.
Según la consultora Berylls Strategy Advisors, con sede en Munich, en poco más de cinco años esos servicios se comerán las ventas de automóviles, dejando a los fabricantes de automóviles vulnerables si no encuentran la manera de aumentar sus ingresos. Para el año 2030, en los Estados Unidos, Berylls predice que las ventas totales de autos, tanto los de propiedad individual como compartida, caerán casi un 12 por ciento.
El problema es que el asunto no es tan simple como reemplazar las ventas de automóviles con ingresos por los servicios de movilidad. Grandes fabricantes alemanes como Daimler, BMW AG y Volkswagen AG han invertido cientos de millones de euros en servicios de uso compartido y están lejos de obtener beneficios.
Como ejemplo, según Bloomberg, el servicio de carsharing de BMW, DriveNow, que comenzó en 2011 y opera en 13 ciudades europeas. Después de siete años, todavía está sufriendo pérdidas y el año pasado representó sólo el 0,07 por ciento de las ventas de la compañía. El resto provino principalmente de la venta de casi 2,5 millones de vehículos.
Sin embargo, las propias estimaciones de BMW muestran que en una década, un vehículo de carsharing reemplazará al menos a tres vehículos privados y los servicios de movilidad, incluidos los coches autónomos, representarán un tercio de todos los viajes. Según la consultora Oliver Wyman, con sede en Nueva York, la movilidad, como negocio, moverá 200 mil millones de euros (227 mil millones de dólares) en 2040.
Una variedad heterogénea de opciones de movilidad ya está disponible en la mayoría de las grandes ciudades. Las flotas que comparten vehículos en todo el mundo han aumentado su tamaño en un 91 por ciento en el último año, según Bloomberg New Energy Finance. Los servicios como Uber, Lyft o Grab -todos en los que los fabricantes de automóviles han invertido- llegaron a casi mil millones de usuarios durante el segundo trimestre.
No obstante, y aunque inviertan los fabricantes en compañías de servicios de movilidad compartida o en la creación de sus propias flotas, las ventas de vehículos descenderán. En ese caso, no sólo el carsharing será un problema para ellos, en nuestra opinión.
Un tema muy interesante. Sin duda, hay que replantearse el modelo de negocio del sector. La movilidad compartida es un concepto que poco a poco se está consolidando como una alternativa loable, lo que significa numerosos cambios respecto a la movilidad.