La movilidad urbana se está convirtiendo en un ejercicio de delegación. Delegamos la tenencia del vehículo en un tercero y el ciudadano solo lo utiliza. Delegamos un trayecto por una necesidad por un tercero que nos lo traiga. No es de extrañar que se estime que, para 2030, el 40% de la movilidad urbana sea profesional.
En este contexto, no voy a descubrir el auge de las motos eléctricas, especialmente por la cada vez mayor recurrencia al comercio online, a las restricciones medioambientales y a la creciente presencia de plataformas y servicios de delivery. Solo en hostelería, el delivery creció el año pasado hasta representar el 8,6% del gasto total de este mercado.
La importancia del servicio postventa
Por todo ello, son cada vez más los emprendedores que se embarcan en este negocio y las flotas de otros países que ven en España un mercado con un enorme potencial. Sin embargo, la estructura de estas nuevas compañías de movilidad, ya sean el propio fabricante o el operador de leasing/renting, es mucho más fina y necesitan de socios para cubrir aquellas áreas a las que no llega su organización. Una de ellas: la posventa.
Se de casos de flotas que no han podido empezar su actividad en España hasta que no tuvieran atado el servicio de posventa, porque sin el no hay aventura empresarial posible. Pero no vale cualquier manera para atajar esa necesidad. Estos servicios saltan de ciudad en ciudad, abriendo el servicio a sus ciudadanos. Entonces ¿es viable llegar a un acuerdo con unos talleres en cada ubicación?
Solo en España hay casi 150 municipios con más de 50.000 habitantes, es decir, aquellos que se verán afectados por la Ley de Cambio Climático, que tendrán zonas de bajas emisiones en sus almendras centrales y que, incluso, podrán poner un peaje a los conductores que quieren acceder al centro.
De ahí la necesidad de que las flotas y los fabricantes lleguen a acuerdos con redes de talleres con una amplia cobertura nacional, que permitan ofrecerles el servicio de posventa allí donde se implanten, tanto en zonas urbanas, como en zonas industriales. Esto significa nada menos que la red pueda acompasar y seguir el ritmo de expansión del cliente. A Coruña, Pamplona, Sevilla, etc. Allí donde llegue, la red detrás.
Asimismo, otra de las claves para ser un socio fiable de posventa de un cliente como un fabricante de motos eléctricas es que tienen unas especificaciones técnicas muy particulares, por lo que la formación dentro de la red para ser experto en el mantenimiento de los modelos de la marca es crucial. Esto implica bucear mucho dentro de las entrañas del fabricante y eso solo es posible si junto a él hay un partner de posventa.
Y el tercer punto clave de una red de talleres para una flota de dos ruedas eléctricas es el conocimiento del cliente profesional. Y esto no está al alcance de todos. En Euromaster aplicamos la misma filosofía que con los vehículos pesados, es decir, procurarles eficiencia para su negocio y evitar el inmovilizado del vehículo, que pueda afectar a la cadena de suministro e impactar en la cuenta de resultados del flotista. Todo ello a través del mantenimiento preventivo y predictivo.
Esto no es otra cosa que ver a una red de talleres como un activo de la organización – aunque no sea de tu propiedad y sea externo-, como una inversión y no como un gasto, porque no solo reduce costes, sino que ayuda a hacer crecer el negocio.
Por Itsaso Usobiaga, Responsable de Despliegue de Oferta de Euromaster.
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