Ganvam (La Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios ) considera que la decisión de aceptar una moratoria para la aplicación del WLTP es una muestra del respaldo del Gobierno hacia un sector estratégico, como es la automoción, ya que la medida neutralizará la subida de precio de los vehículos nuevos hasta 2021, lo que permitirá mantener la competitividad y la inercia de las ventas.
Concretamente, está prevista la aprobación de un régimen transitorio, que permitirá aplicar unos valores correlacionados, de emisiones y consumo, entre el nuevo ciclo de homologación WLTP y el anterior NECD hasta diciembre de 2020, con el fin de reducir de un 20% a un 5% de media el impacto de precio que podrían alcanzar los automóviles con el WLTP, debido al cambio de fiscalidad por tener mayores emisiones que con la homologación anterior.
El propio reglamento europeo contempla una herramienta para correlacionar los valores de emisiones del WLTP con los del NEDC. De esta forma, hasta finales de 2020 podrán coexisitir y dar una base comparable.
La moratoria también afectará a los vehículos eléctricos y a los híbridos enchufables, pues las pruebas, como hemos dicho ya en diversas ocasiones, reducirá la autonomía homologada de las baterías de esos vehículos.
Consecuencias de la moratoria en la aplicación del WLTP
La medida no quiere decir que los vehículos no tengan que cumplir con el reglamento europeo en temas de consumo y emisiones, sino que los valores correlacionados permitirán que el impacto fiscal sea menor, al cambiar al nuevo ciclo de homologación, y que eso ayude a promover la renovación del parque, consiguiendo una movilidad y una fiscalidad más sostenibles. El Ejecutivo ha actuado, al fin, como ya lo han hecho otros países de la Unión Europea.
Si el Gobierno considera fundamental la medida es porque va a ayudar a dar mayor estabilidad al sector, dándole mayor fiabilidad y credibilidad al compromiso de los fabricantes de avanzar en la reducción de las emisiones contaminantes, favoreciendo también la creación de empleo en la industria y manteniendo a nuestro país en el segundo puesto como fabricante de vehículos de la UE y en el octavo puesto en el mundo.
La opinión de Ganvam
Para Vidal de la Peña, el hecho de que el Gobierno se haya posicionado en la misma línea que otros países europeos que han optado por este tipo de medidas es positivo. “Aunque estamos ante una decisión bienvenida y valorada, hay que seguir trabajando”, ha añadido el presidente de Ganvam en referencia a la aplicación del WLTP. Lo deseable sería, en opinión de la asociación, que en lugar de parchear las medidas de Bruselas, se pusiera en marcha una reforma fiscal que trasvasase la presión impositiva de la compra al uso.
En este sentido, Ganvam insiste en la necesidad de eliminar el Impuesto de Matriculación, máxime cuando España es el único con un gravamen de este tipo entre los grandes mercados europeos, lo que reduce artificialmente el tamaño de su mercado potencial.
Al eliminarlo, opina Vidal Peña, se ayudaría a consolidar la demanda interna a largo plazo al no penalizar la compra. Además, como actualmente sólo tres de cada diez vehículos pagan este impuesto, la merma económica para Hacienda no sólo sería reducida sino que se vería compensada por la demanda adicional generada.
Dado que la supresión del Impuesto de Matriculación no es sencilla de articular, pues va contra la línea de flotación de las cuentas de las comunidades autónomas que lo tienen transferido, Ganvam propone reorientar el Impuesto Municipal de Circulación para que se base en la emisiones en lugar de en la cilindrada y la potencia. Al vincularlo al CO2 y a la normativa EURO se asociará a la antigüedad del coche y por tanto, se establece un sistema justo de discriminación del coche por su potencial contaminante.
Menos mal que hay alguien que lo explica bien