El Audi e-tron admite una potencia máxima de carga de hasta 150 kW durante gran parte del proceso de recarga. En un terminal de carga rápida, completa el proceso en 45 minutos. La clave para conseguirlo está en los secretos de la curva de carga del Audi e-tron.
La clave para que los Audi eléctricos sean de los modelos con más autonomía del mercado está en su curva de carga.
Los conductores de los Audi e-tron y Audi e-tron Sportback se benefician de las altas velocidades de recarga, al estar disponible la capacidad de cargar la batería con una potencia de hasta 150 kW durante una gran parte del proceso. “Esto es posible gracias a una sofisticada gestión térmica de la batería de iones de litio”, explican desde la marca.
“Para evaluar la versatilidad de un coche eléctrico en una utilización cotidiana los clientes deben tener en cuenta no sólo la capacidad máxima de carga (kWh), sino también la velocidad a la que se realiza el proceso de recarga”, prosiguen.
El valor de la capacidad de ‘carga pico’ en un coche eléctrico
A la hora de valorar la capacidad de carga de un coche hay que tener en cuenta la potencia y el tiempo. La segunda variable cobra especial importancia cuando se trata de afrontar viajes largos y se necesita recuperar carga en poco tiempo.
La alta velocidad de recarga (kWh/minutos de recarga) durante todo el proceso es esencial para conseguir que dure poco tiempo. En otras palabras: la capacidad de cargar la batería con una potencia elevada debe estar disponible durante el mayor tiempo posible mientras se realiza el proceso de recarga.
Aunque hay modelos a la venta que ofrecen una potencia de carga pico superior, los eléctricos de la marca de los aros ganan en tiempo gracias a la tecnología High Power Charging que proporciona la máxima potencia de salida posible en el terminal de carga puede ser un requisito previo necesario.
La curva de carga del Audi e-tron
En lo referido a la curva de recarga, el Audi e-tron 55 aporta ventajas conceptuales. La curva en un terminal HPC con una potencia de salida de 150 kW se caracteriza por su continuidad.
En condiciones ideales, el vehículo se recarga entre el 5% y el 70% en el umbral de potencia máxima, antes de que el sistema de gestión inteligente de la batería reduzca los niveles de corriente. Una diferencia importante frente los competidores, que normalmente alcanzan su pleno rendimiento durante un corto período –en el “pico”– y reducen su potencia de forma considerable antes de alcanzar el umbral del 70%.
En la utilización cotidiana, esto supone una ventaja fundamental: para una autonomía de alrededor de 110 km, el cliente empleará menos de 10 minutos en el terminal de carga. El Audi e-tron 55 llega al nivel del 80% aproximadamente en 30 minutos.
Aunque por razones técnicas en una batería de iones de litio se tarda proporcionalmente mucho más tiempo para recargar el 20% restante, la carga completa (del 5% al 100%) en un terminal HPC requiere alrededor de 45 minutos, una característica extraordinaria frente a sus competidores.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe