Desde 2019, Volkswagen tiene una nueva familia de coches eléctricos que van a ser la columna vertebral de sus ventas para los próximos años, la familia Volkswagen ID. Actualmente, la gama se compone de cuatro modelos: ID.3, ID.4, ID.5 e ID. Buzz. Para el fabricante alemán, esa convención de nombres supuso romper una tradición de casi 50 años.
En la década de 1970 Volkswagen afrontó un profundo cambio generacional de producto, abandonando las mecánicas refrigeradas por aire y los nombres alfanuméricos. A partir de ahí nacieron nombres como Golf, Polo, Passat, Scirocco, etc. Con muy pocas excepciones, como el Volkswagen XL1, los Volkswagen han sido identificados por un nombre, a veces con uno exclusivo para ciertos países, como Atlantic, Bora, Rabbit o Citi Golf.
En Volkswagen son conscientes de que algunos nombres de modelo merecen ser preservados, como es el caso del Golf. Actualmente, su octava generación está basada en una plataforma multienergía -principalmente de combustión- pero no hay versión eléctrica del Golf. Su puesto lo ocupó el Volkswagen ID.3, ¿pero qué pasará cuando acabe la vida comercial de la generación actual?
La prioridad actual es la gama Volkswagen ID
Thomas Schäffer, responsable de la marca Volkswagen de turismos, se lo explicó a los compañeros de Auto Express: “En segundo lugar, tenemos nombres de marca icónicos como Golf y GTI. Sería de locos dejarlos morir. Ahora estamos trabajando nuestra futura línea y convención de nombrado. Probablemente mantengamos ID, pero al mismo tiempo algunos modelos icónicos mantendrán su nombre, como hemos hecho con ID. Buzz. Funciona”. No estaba tan seguro de preservar un nombre como Volkswagen Polo.
Y así es, las furgonetas y monovolumen que tomarán el testigo de la familia T6 se llamarán Volkswagen ID. Buzz e ID. Buzz Cargo. No se identifican solo por un número. Confirmó que es posible que exista, por ejemplo, el ID. Golf. No obstante, ahora mismo ID significa distinción entre la gama convencional y la 100% eléctrica, pero cuando todos los Volkswagen sean eléctricos, esa distinción perderá su sentido.
A raíz del escándalo de las emisiones de motores diésel, el “Caso Dieselgate”, Volkswagen anunció unas cifras milmillonarias de inversión y apuesta muy agresiva por la electrificación. En realidad, Volkswagen ha tanteado esta tecnología de forma intermitente desde los años 70, y se convirtió en una realidad comercial palpable con los modelos e-Up! y e-Golf, que se basaban en coches diseñados para llevar motores convencionales.
Todavía no hablamos de algo definitivo, pero tiene sentido que el consumidor no tenga que aprenderse de memoria a qué número corresponde cada coche. Las denominaciones alfanuméricas pueden convertirse en una compleja sopa de letras, algo que ya se ha visto en Audi, BMW, Mercedes-Benz o Infiniti, y unos cuantos fabricantes chinos han caído, véase NIO o Aiways. Si el consumidor no está muy puesto, las confusiones pueden estar a la orden del día.
Queda otra pregunta en el aire, y es cómo se van a diferenciar ID.3 e ID. Golf, suponiendo que ambos coches vayan a militar en el mismo segmento (C). Una opción es que sean dos coches diferentes, y otra es que ID.3 Golf sea una versión del Golf con algo especial, de la misma forma que el ID.4 GTX es la versión deportiva del ID.4, pero no son dos ofertas diferentes en la misma categoría.
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