- Calculan que habrá fabricantes que tendrán que pagar multas de 15.000 millones de euros por contaminar más de lo permitido
- CAFE son las siglas de Clean Aire For Europe, es decir, aire limpio para Europa. Se trata de una normativa europea que, desde el 1 de enero de 2025, endurece los límites de emisiones contaminantes
-
Así eluden las multas de la UE por emisiones de C02 los fabricantes sin coches eléctricos
2025 arranca con una importante novedad para la industria automovilística en Europa. Hablamos de la normativa CAFE (Clean Air For Europe), creada para reducir las emisiones contaminantes procedentes del tráfico rodado y, de paso, impulsar las ventas de coches eléctricos.
En realidad no es una norma de nueva creación. Bruselas aprobó la entrada en vigor de la norma CAFE en 2020, pero lo hizo con unos límites menos estrictos y el compromiso de ir reduciéndolos de manera gradual. En su origen, se permitía un tope de 115,1 gramos de CO2 por kilómetro; desde el 1 de enero de 2025 el máximo es de 93,6 gr/km.
Hay un tercer hito que deberá cumplirse en 2029 bajará drásticamente el límite a49,5 gr/km. Esta será la última reducción hasta 2035, entonces debería entrar en vigor la prohibición de fabricación y venta de vehículos de combustión.
Multas para quien no cumpla la norma CAFE
La norma CAFE trae de cabeza a los fabricantes porque quienes superen los límites tendrán que asumir multas millonarias.
El tope de 93,6 gr/km que ya es una realidad es el máximo de emisiones de CO2 que puede homologar un vehículo (cada unidad fabricada) y es responsabilidad de cada fabricante adoptar los cambios tecnológicos necesarios para no superarlo.
Multas de 95 euros por cada gramo de CO2
La pregunta es: ¿qué pasa con aquellos que no consigan reducir las emisiones de sus vehículos hasta los nuevos límites? La respuesta es sencilla: tendrán que pagar multa.
La norma CAFE establece sanciones 95 euros por cada gramo de más. En base a esta cuenta, se calcula que habrá fabricantes que tendrán que pagar hasta 15.000 millones de euros en sanciones por fabricar coches que contaminen más de lo debido.
Recientemente, Repsol ha calculado cuáles serán los fabricantes más afectados por la norma CAFE. Lideran el ranking Volkswagen que, según sus cuentas, tendrá que pagar casi 9.000 millones de euros; Stellantis, que podría asumir sanciones de más de 2.600 millones de euros; y la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi sobre quien pende la amenaza de multas de 2.100 millones de euros.
Una demora que no llegó
Ante la posibilidad de tener que asumir multas millonarias, los fabricantes pidieron durante semanas a la Unión Europea una moratoria que permitiera mantener el límite en 115,1 gr/km hasta, al menos, 2027. Con esta demora pretendían conseguir tiempo para adaptar sus vehículos a la normativa y, al mismo tiempo, trabajar en el impulso a las ventas de tecnologías más eficientes (en especial de modelos eléctricos e híbridos enchufables).
Porque las marcas que venden en España advierten de que multas de 15.000 millones de euros son, para algunas fabricantes, el equivalente al 75% de su rentabilidad. Josep María Recasens, presidente de ANFAC, advierte que esto puede dar lugar a un recorte de producción pues es posible que haya fabricantes que se planteen: “no vendo vehículos de combustión que no me contabilizan en la flota de emisiones final”.
La ‘trampa’ de los fabricantes para no pagar multas
Europa no ha aceptado la prórroga y con el primer día de 2025 han entrado en vigor los nuevos límites de emisiones de la norma CAFE.
Según revela la agencia de noticias EuropaPress, ante la amenaza de multas millonarias, fabricantes como Stellantis, Toyota, Mazda, Subaru o Ford estarían “planteando la posibilidad de crear un fondo para la compra de créditos de carbono a Tesla y Polestar”. El objetivo de estas marcas es “agrupar sus emisiones con las de los fabricantes de coches puramente eléctricos comprando derechos de emisiones para reducir la media general contaminante de cada uno de ellos”.
Alianzas estratégicas
Adelanta EuropaPress que Stellantis, Toyota, Ford, Mazda y Subaru se habrían planteado unir sus emisiones de carbono con las de Tesla; mientras que Mercedes, Volvo y Smart lo harían con Polestar.
Pero ojo, en realidad, esto ni es nuevo ni es ilegal. Las alianzas entre fabricantes para bajar el saldo de emisiones es una práctica habitual. Sirva como ejemplo el acuerdo que une a Volkswagen y el grupo chino SAIC a través del cual la primera incluye en su cálculo de emisiones los vehículos eléctricos de MG. La compañía alemana ha formalizado la solicitud correspondiente ante la UE que ahora tiene que decidir si acepta.
Te puede interesar…
-
Todos los coches eléctricos de Volkswagen que se podrán comprar en España en 2025
-
Tesla Model Y Juniper: la producción del esperado SUV de Elon Musk, ¡casi lista!
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe