La jornada se celebró en Madrid el pasado 19 de octubre y estuvo organizada por las patronales de las estaciones de servicio AEESCAM y AEVECAR. Durante la misma, se analizaron cómo las distintas energías de los vehículos, con respecto al repostaje, podrían afectar al futuro de las estaciones de servicio.
Junto a AEESCAM (Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de la Comunidad Autónoma de Madrid) y AEVECAR (Asociación Española de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustibles) estuvo AEDIVE (Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico). Durante la exposición de su director gerente, Arturo Pérez de Lucía, quedó clara la necesidad de que las estaciones de servicio inviertan en puntos de recarga, de carga rápida y ultrarrápida, para vehículos eléctricos.
Inevitablemente, la expansión del vehículo eléctrico va a requerir el desarrollo de una adecuada infraestructura. En este sentido, las estaciones de servicio pueden evolucionar, o no. Si no se adaptan a este nuevo escenario de mercado, los puntos de carga estarán en otros emplazamientos, como ya está sucediendo. En ese caso, y según Pérez de Lucía: “La estación de servicio perderá su condición natural de lugar al que acudir en un viaje por carretera para un número cada vez más importante y creciente de clientes”.
Riesgo de las estaciones de servicio
Pérez de Lucia recordó que repostar combustibles, por legislación, requiere acudir a la estación de servicio, pero:
“La infraestructura de recarga no necesita por ley de emplazamientos regulados con tanques subterráneos de almacenamiento de combustible, controles de escape de gases, etc… Tan sólo un punto de conexión eléctrica, y gracias a la eliminación de la figura del gestor de recarga, cualquiera puede facturar la electricidad para este uso”.
Lo dijimos hace unos meses: la estaciones de servicio obtienen grandes beneficios de todo lo que ofrecen más allá del combustible. En esa línea, y teniendo en cuenta la necesidad de esperar para recargar el vehículo eléctrico, el usuario es el cliente ideal para las estaciones de servicio.
Potencial de mercado
En España, según datos de 2017, hay 11.500 estaciones de servicio para un parque de combustión que el año pasado cerró casi con 30 millones de vehículos. Para dar servicio al parque automovilístico, y tomando como media 6 surtidores por estación, hay en la actualidad 70.000 mangueras.
El 80% de las necesidades de recarga de los vehículos eléctricos se realiza ahora en puntos de carga privados. Sólo el 20% tiene lugar en infraestructuras de recarga rápida y ultrarrápida en itinerancia, o en entornos urbanos para flotas destinadas a la última milla, taxi eléctrico, VTC’s y otros usos, como particulares que viajen a una determinada ciudad con su eléctrico, procedentes de un destino alejado.
Es evidente que eso va a cambiar, sobre todo porque las baterías van adquiriendo cada vez más capacidad de carga. Los viajes a media y larga distancia se irán incrementando y la infraestructura de carga rápida y ultrarrápida será más necesaria.
Según deduce AEDIVE:
“A razón de dos puntos de carga rápida/ultrarrápida (equiparables a un surtidor de combustible) por cada una de esas 11.500 estaciones de servicio en 2030, permitirían un mallado más que razonable de infraestructura de recarga para derribar definitivamente la barrera de la ansiedad de autonomía, unos 23.000 puntos de carga estratégicamente ubicados en carreteras y autovías para un parque 100% eléctrico de entre 2 y 3 millones de vehículos”.
Hay otro dato importante que también ha estado presente en la reunión: muchos de esos vehículos serán híbridos enchufables, que no tienen conectores de carga rápida. Los datos con respecto a ellos se han dejado fuera de las conclusiones anteriores.