Poco a poco las carreteras y las calles de nuestro país van sumando más vehículos electrificados. Su protagonismo será aún mayor largo plazo, máxime con la entrada en vigor de las áreas de bajas emisiones ZBE en las ciudades, y especialmente a medida que vayan subsanando sus principales trabas para el conductor: su elevado precio, aún inferioridad de autonomía, y la falta de infraestructura de recarga. Pero en esta ecuación, a muchos se les escapa un elemento importante y que ya se está preparando para cuando esta ola de electrificación coja altura: el taller.
¿Cómo se prepara un taller? Sobre todo en dos focos: la formación y la seguridad. Si bien en España no existe una legislación específica sobre cómo se deben reparar los vehículos electrificados, Euromaster ya ha establecido un libro de ruta en los talleres inspirado en lo que ya tienen muchos países europeos en vigor.
Preparación de los talleres para el coche eléctrico
En primer lugar, todo comienza por establecer unos estándares mínimos de formación y aptitudes, lo que implica que en cada taller de la red debe haber al menos una persona que tenga los conocimientos específicos para poder prestar servicio a estos vehículos, algo que ya es realidad en los centros integrados de Euromaster y en breve estará en todas las franquicias.
En cuanto a seguridad, es crucial que cada uno de los trabajadores que ya tiene asimilados los conocimientos disponga de las herramientas específicas, que deben tener unas características muy concretas para proteger a las personas que los están utilizando. Y es que en una reparación de un vehículo electrificado, los profesionales manipulan en algunos casos componentes técnicos de alta tensión eléctrica, de ahí que la seguridad sea un aspecto vital.
Además, también existen diversas prendas y equipos de protección especiales de aislamiento en caso de contacto con zonas de alta tensión. Sin ir más lejos, en los talleres de la red Euromaster han provisto a todos sus talleres de unas mantas de aislamiento que actúan como un “escudo” en caso de recibir una descarga por alta tensión.
Formación y seguridad están en lo alto de la pirámide, pero hay otros factores a tener en cuenta y que pueden redundar en una mayor satisfacción para el cliente final, como el conocimiento, por ejemplo con los neumáticos.
Una de las grandes diferencias de las cubiertas de los eléctricos versus los modelos de combustión está en el diámetro de las llantas, muy grandes en los primeros, de unas 19 pulgadas en muchos casos, frente a las 16-18 de los otros coches. Asimismo, respecto a su forma exterior también destaca en algunos casos su estrechez; mientras que el compuesto en el que están fabricados les permite resistir una gran masa de peso. Este conocimiento es clave, de modo que el conductor sepa que su coche queda en buenas manos.
El mantenimiento no es una barrera para la movilidad eléctrica
Desde luego, en torno al coche eléctrico puede haber miedos y barreras psicológicas, pero ninguna de ellas es sobre su mantenimiento y reparación. La posventa electrificada está en buenas manos. Manos seguras, formadas y con conocimiento de causa.
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