Uno de los coches autónomos de la flota de prueba de Uber en Tempe, Arizona, se vio involucrado en el atropello de una mujer que murió unas horas después en el hospital. La NHTSA ha abierto una investigación sobre este accidente que está provocando una oleada de opiniones en torno a la conducción autónoma.
El pasado domingo por la noche uno de los Volvo XC90 autónomos de prueba que componen la flota de Uber en Tempe, Arizona, atropelló a una mujer que cruzaba la calle. Unas horas después Elaine Herzberg, de 49 años, moría en el hospital.
Los primeros informes de la policía indican que el vehículo circulaba en modo de conducción autónoma vigilado por un conductor de respaldo presente tras el volante. Aunque las primeras informaciones de los medios de comunicación sugerían que la víctima viajaba en bicicleta, los informes del Departamento de Policía de Tempe afirman que Elaine Herzberg “caminaba por el paso de peatones”. Las imágenes del accidente, muestran una bicicleta dañada en el lugar del accidente son confusas. Las últimas informaciones especulan sobre la posibilidad de que la mujer estuviera empujando una bicicleta cargada de bolsas de plástico, aunque todavía no se han esclarecido los hechos.
Por ahora tan solo tenemos la opinión de la jefa de policía de Tempe, Sylvia Moir, que ha declarado “está muy claro que habría sido difícil evitar esta colisión en cualquier modo de conducción (autónomo o manual) ya que la mujer apareció de entre las sombras y cruzó la carretera”.
De momento Uber ha suspendido todas las pruebas de sus vehículos autónomos en Tempe, Pittsburgh, San Francisco y Toronto. “Nuestros corazones están con la familia de la víctima (…) Estamos cooperando plenamente con las autoridades locales en la investigación de este incidente“, ha declarado un representante de Uber en un comunicado de prensa.
La NHTSA (National Highway Traffic Safety Administration) ha abierto una investigación para conocer todos los detalles del accidente y, en caso de ser necesario, establecer las normas precisas para evitar incidentes similares.
¿Y ahora qué?
El debate sobre la conducción autónoma ha subido de tono. Este accidente puede suponer una prueba de fuego sobre la tolerancia del público a las pruebas de conducción autónoma, particularmente en ausencia de regulaciones claras y consistentes. Alrededor de 40.000 estadounidenses murieron en accidentes automovilísticos en 2016. La tecnología autónoma promete reducir drásticamente estas cifras eliminando el error humano. Este es el argumento principal para quienes defienden este conjunto de tecnologías.
Las compañías que actualmente están realizando pruebas de conducción autónoma se encuentran antes una ausencia de reglamentación, tanto a nivel estatal como local. En California hasta 50 fabricantes cuentan con permisos para probar coches autónomos en sus carreteras, con la condición de incluir un conductor que supervise todas las operaciones y reaccione ante los posibles fallos del sistema.
El su caso Arizona quiere convertirse en uno de los centros de investigación de esta tecnología, y por eso ha reducido al mínimo las regulaciones para estas pruebas. Uber, Lyft, Waymo, General Motors, Intel y otras empresas se han establecido allí y circulan por las carreteras de Tempe, Phoenix y otras ciudades de Arizona, con sus flotas con vehículos semi autónomos.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.