Stellantis, al igual que otros grandes fabricantes, no se limitan a comprar baterías a proveedores existentes, sino que invierten en nuevas tecnologías y tratan de ser independientes de terceros. Para ello, Stellantis tiene su propio fondo capital riesgo, Stellantis Ventures. Su última inversión ha sido en Lyten, Inc, y de millones de euros.
Esta empresa de San José (California, EEUU) tiene patentado un supermaterial basado en grafeno tridimensional, el Lyten 3D Graphene™, que ya se encuentra en producción a baja escala. Se obtiene a partir del gas natural (CH4), captando sus moléculas de carbono -queda hidrógeno como residuo-, y muy ajustable en cuanto a resistencia, dureza o conductividad eléctrica. A diferencia del grafeno bidimensional, el tridimensional es más reactivo a nivel químico y eléctrico. Dicho de otra forma, es robusto, ligero, de alta conductividad e impermeable de forma selectiva.
Una de las aplicaciones de este supermaterial son las baterías de coches eléctricos. Lyten diseñó unas baterías de litio-azufre con grafeno tridimensional -LytCell™– que prometen más del doble de densidad energética que las baterías de níquel, manganeso y cobalto (NMC) empleadas en automoción hoy día. En un lenguaje más sencillo, significa que sus baterías, a igualdad de peso o de volumen, pueden multiplicar la autonomía de los coches eléctricos en más del doble.
Las baterías LytCell™, según la empresa californiana, tendrían una huella de carbono inferior en un 60% respecto a las baterías NMC, ya que no emplea níquel, manganeso ni cobalto en la composición de su cátodo, tampoco llevan grafito. Esto permitiría que los materiales para fabricarlas estén en abundancia dentro de Europa y Norteamérica, reduciendo por tanto la dependencia asiática -especialmente de China- que hay en la actualidad. Tanto la Unión Europea como el Gobierno Federal de EEUU buscan cortar esa dependencia.
Pero no solo presentarían ventajas en sostenibilidad respecto a las baterías NMC, también respecto a la prometedora tecnología de estado sólido, un 40% menos de emisiones asociadas, según sus estimaciones. Es más, Lyten dice en su comunicado de prensa que serán las baterías “de emisiones más bajas en el mercado mundial”, no solamente ligeras (hasta un 60% menos de masa) y de mayor densidad energética.
A las ventajas ya mencionadas hay que añadir un menor coste de los materiales, ya que no son tan escasos o valiosos, y una mayor seguridad. En el evento de una sobrecarga o un descontrol de temperatura, estas baterías no se incendiarían -tampoco se incendian las baterías LFP, de litio ferrofosfato- y se permite la reutilización de los medios de producción actuales para baterías NMC.
No solo eso, Lyten también trabaja en materiales compuestos y soluciones de microsensores para aplicaciones de automoción, industriales, sanitarias y de seguridad, gracias a su grafeno tridimensional. Se trata de sensores de vapor, resonancia o biológicos, que pueden obtener información sin necesidad de cables ni de chips. En automoción, esto significa reducir pesos en los neumáticos, climatizador o las baterías.
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