El pasado lunes la canciller alemana Angela Merkel puso la primera piedra de la nueva fábrica de baterías de Daimler que estará situada a 130 kilómetros al sur de Berlín. La inversión total es de 500 millones de euros y arrancará la producción a mediados de 2018.
Con ella Daimler quiere plantar cara al anuncio de Tesla sobre su intención de abrir cinco fábricas de baterías en todo el mundo. Europa acogería una versión más pequeña de su Gigafactoría de Nevada. Esta, cuando finalice su construcción, tendrá una capacidad de 35 GWh al año suficiente para proveer de baterías a 500.000 coches al año.
La magnitud de la instalación de Daimler es más modesta que la del fabricante californiano aliado con Panasonic, aunque la compañía no ha desvelado su objetivo de capacidad. La presencia de Merkel en este acto pone de relieve el objetivo del gobierno alemán de alcanzar los seis millones de coches eléctricos en sus carreteras en 2030.
Este es un momento crucial para definir la estrategia de cada fabricante: convertirse en su propio suministrador de baterías o depender de empresas externas. Una decisión que influirá en los costes de producción y en la capacidad de fabricación a gran escala. Con la nueva fábrica Daimler se une a Tesla, Nissan, BYD y Volkswagen, que en su plan de reestructuración cuenta con proveerse con sus propias baterías.
Vehículo eléctrico y energías renovables
En el caso de los coches eléctricos la mayoría de los fabricantes ya tienen planificados varios modelos eléctricos que llegarán al mercado en la próxima década.
Pero no solo la industria automovilística demanda baterías. También la generación de energía renovable requiere de este componente para mantener la producción de parques eólicos y solares. Estas dos industrias, la del vehículo eléctrico y la de las energías renovables se mueven en la misma dirección por lo que la demanda de baterías hará disminuir su coste rápidamente, según ha declarado Nikolas Soulopoulos, analista de Bloomberg New Energy Finance: “A medida que los costes de la batería caen y aumenta su densidad energética los coches eléctricos reducirán su precio siendo competitivos con los de combustión en algún momento de la próxima década”.
Para las empresas de suministro de energía, el emparejamiento de un sistema estacionario de almacenamiento con un parque eólico puede incrementar hasta en un 30% su producción, gracias a las facilidades que introduce a la hora de gestionar la red.
La evolución del precio de las baterías
La batería es sin duda el componente más caro de un coche eléctrico, pudiendo alcanzar más de un tercio de su coste total. Las previsiones son que el precio de las celdas de baterías, sin contar con su empaquetado, descienda en un 43% en 2021 situándose en 156 $/kWh, por los 273 $/kWh en la actualidad.
Según Bloomberg la capacidad global de producción de baterías alcanzará los 278 GWh en 2021, más del doble que el actual que se sitúa en 103 GWh. Este incremento permitirá a Europa duplicar también su cuota de mercado actual que se sitúa en el 2,5%.
Los fabricantes coreanos más importantes, LG Chem y Samsung SDI, tiene previstas nuevas instalaciones en territorio europeo. Países como Suecia, Hungría o Polonia son candidatos a recibirlas y en ellas se fabricarán las baterías de, por ejemplo, Renault, BMW o Hyundai. Estas nuevas fábricas serán capaces de reducir el coste hasta en un 43%. Actualmente son las empresas asiáticas las que dominan el mercado y continuarán haciéndolo gracias a las ocho nuevas factorías en construcción en territorio chino. Tan solo Tesla cuando termine la construcción de su Gigafactoría podrá superar a Samsung SDI y quedarse, en segunda posición, detrás de LG Chem.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.