- Los amortiguadores son los encargados de conectar las ruedas con el chasis. Parte de su trabajo es aislar a los ocupantes de las irregularidades del terreno
- El sistema de amortiguación es un elemento clave de la seguridad de cualquier vehículo, sin importar qué tipo de motor lo impulsa
Los amortiguadores, como elemento clave del sistema de suspensión de un coche, sin importar el tipo de motor que lo impulsa, conectan las ruedas con el chasis. Pero su trabajo va mucho más allá: deben mantener las ruedas en contacto constante con el asfalto mientras aíslan a los ocupantes de las irregularidades del terreno. Esta doble función representa uno de los mayores desafíos de la ingeniería automotriz.
Cuatro son las funciones principales del sistema de amortiguación:
- Absorción de impactos del terreno irregular
- Mantenimiento del contacto rueda-carretera
- Control de la estabilidad durante maniobras
- Reducción de vibraciones transmitidas al habitáculo
Cómo influye la suspensión en la seguridad vial
La suspensión influye directamente en la estabilidad del vehículo, pues es imprescindible que esta proporcione contacto constante entre rueda y superficie de carretera, creando así las condiciones previas para la estabilidad del movimiento vehicular.
Los estudios revelan que una suspensión deficiente puede:
- Aumentar las distancias de frenado hasta un 15%
- Reducir la efectividad de maniobras evasivas
- Incrementar el riesgo de pérdida de control en superficies mojadas
Además, el alineamiento inexacto de las características de suspensión y amortiguación deteriora la estabilidad del vehículo, y los pasajeros sienten incomodidad debido al aumento de vibraciones en la carrocería. Esto puede resultar fatal en situaciones de emergencia donde cada milisegundo cuenta.
Así afecta la suspensión a la depreciación del vehículo
La depreciación es la pérdida de valor del vehículo con el tiempo, depende de múltiples factores como alto kilometraje, daños estéticos, historial de accidentes y suspensión desgastada o mal mantenida.
Las investigaciones afirman que un vehículo nuevo pierde aproximadamente el 9% de su valor en el momento que sale del concesionario. Sin embargo, el mantenimiento adecuado de la suspensión puede influir significativamente en la retención de valor. Esto es así hasta el punto de que un informe reciente de autodoc.co.uk, sobre los amortiguadores, asegura que dos vehículos idénticos pueden experimentar diferencias de valor de hasta el 15% después de cinco años, dependiendo únicamente del estado de su suspensión.
«El sistema de suspensión representa una inversión crítica en seguridad y valor económico», concluyen los expertos. Por eso, «las investigaciones confirman que un mantenimiento adecuado no solo mejora la experiencia de conducción, sino que también protege significativamente la inversión financiera».
A tener en cuenta: mantenimiento preventivo y señales de alerta
«La necesidad de cambiar la suspensión del coche puede variar notablemente en su frecuencia dependiendo, por ejemplo, del terreno por el que se utiliza el vehículo», explican los expertos de AUTODOC. «Sin embargo, si debemos dar una recomendación general, será necesario instalar nuevos recambios para la suspensión cada cinco años o cada 60 000 kilómetros recorridos», apuntan.
Es importante recordar que existen una serie de indicadores críticos que revelan que ha llegado el momento de cambiar los amortiguadores. Cuatro son los más evidentes:
- Ruidos metálicos al pasar sobre baches
- Desgaste irregular de neumáticos
- Vibración excesiva en el volante
- Inclinación del vehículo cuando está parado