El Citroën Ami no es un coche, sino un “objeto de movilidad” o un cuadriciclo ligero que está limitado legalmente como ciclomotor. La potencia máxima es de 6 kW/8 CV y la velocidad no supera los 45 km/h, su público queda limitado por edad y por la tipología de sus desplazamientos. Pero, ¿y si Stellantis sacase una versión más rápida, más potente o con más auto nomía?
Según la publicación francesa L’Argus, los ingenieros están probando distintas configuraciones del Citroën Ami que lleven al utilitario eléctrico más lejos y más rápido. Estos cambios afectarían potencialmente tanto al Opel Rocks-e como al Fiat Topolino, pues son remarcados del mismo vehículo. Argumentan que no hay limitaciones técnicas para llevarlo un paso más allá.
Recientemente, Opel desveló el diseño de un estudiante que participó en un concurso, Lukas Wenzhöfer. Bajo la denominación Opel Rocks-e Extreme, el utilitario quedaba brutalizado como todoterreno con suspensión elevada, vías ensanchadas, neumáticos de tacos, guardabarros, alerón, luces suplementarias… pero no dijeron nada sobre el sistema de propulsión eléctrico.
L’Argus dice que se están probando a nivel interno motorizaciones de 12 kW/16 CV e incluso 25 kW/34 CV. Con esta última, sería posible alcanzar incluso los 100 km/h sin que hubiese limitación electrónica. SIn embargo, lo más razonable sería no superar los 90 km/h para encajar al vehículo en una clase específica, menos exigente a nivel de ingeniería (como en seguridad pasiva).
A Stellantis le podría interesar que la versión mejorada del Ami, Rocks-e y Topolino pueda homologarse como cuadriciclo pesado L7e, como el XEV Yoyo, el Silence S04, el Invicta D2S, el Mobilize Duo (sucesor del Renault Twizy), SEAT Minimò o el Microlino. En Francia, se podrían conducir con el permiso B1, que aún no existe en España, pero que está en la cocina de la DGT. Los menores de 18 años podrían conducirlos.
En esta categoría, los vehículos cuentan con un peso máximo de hasta 400 kg, sin incluir las baterías, no pueden superar los 15 kW (20 CV) de potencia ni exceder los 90 km/h de velocidad máxima. En consecuencia, pueden circular por autovías, autopistas o carreteras convencionales. Serían como las motos de categoría A1, el término medio entre los ciclomotores y las motos que requieren un carné específico (A2 y A).
Debido a su particular aerodinámica, puede que no alcancen los 90 km/h con el límite de potencia de la categoría, pero es pronto para saberlo. La siguiente pregunta es qué pasa con las baterías, pues el Ami y derivados recorren 75 km, su acumulador es muy pequeñito por razones de escala: 5,5 kWh. L’Argus dice que se están probando paquetes de 10 kWh que, como hemos visto, no afectarían al peso del vehículo a efectos de homologación.
Con 10 kWh, el Citroën Ami podría homologar casi el doble de autonomía, unos 140 km. Entre eso y el mayor límite de velocidad, sería una opción más interesante para aquellos que necesitan algo más potente que un ciclomotor, pero no necesitan (o se pueden permitir) un coche eléctrico más grande. Su precio sería una incógnita, pero la horquilla de 10.000 a 15.000 euros apunta a ser la suya.