De acuerdo a los datos provisionales del mercado español, el coche eléctrico más vendido en España -y por mucha diferencia, más del doble- es el Tesla Model Y. No es de sorprender, porque el crossover americano está hecho todo un superventas global, incluso comparándose con modelos de combustión. Pero no le gusta a todo el mundo, así que, ¿qué alternativas hay?
Por un lado, tenemos el Hyundai IONIQ 5. El surcoreano engaña con su tamaño real por las proporciones del diseño, y aunque no podemos hacer una comparación exacta, resulta totalmente equivalente. Tendremos que pagar más que en un Model Y por tener una potencia inferior, aunque con más autonomía (507 km vs 455 km), aunque podremos recargar más rápido.
El Model Y es claramente más prestacional que el IONIQ 5, acelera más y alcanza mayor velocidad, y también consume menos electricidad. El diseño de Tesla abraza más la función que la forma. Por otra parte, también gana el Model Y en capacidad de maletero, está un poco mejor equipado, y en general la inversión está mejor justificada.
En segundo lugar, tenemos que considerar al Kia EV6. Comparte con su homólogo Hyundai la cadena cinemática, motor trasero de 228 CV (RWD), baterías de 77 kWh, sistema de recarga en corriente continua hasta 250 kW, etc. La apuesta de diseño es distinta, y también tiene sus adeptos. Por precio, se posiciona por encima del IONIQ 5. Son muy equivalente, solo que el EV6 tiene un poco menos de espacio.
Dicho esto, si pretendemos igualar potencia, baterías o versiones de tracción total con el Model Y, con Kia tendremos que pagar más. Aunque lo cierto es que los tres modelos tienen una elevada disponibilidad y tiempos de entrega bastante cortos para hoy día, Tesla fabrica mucho más y eso tiene sus ventajas en cuanto a economías de escala. Por eso, Tesla puede subir o bajar precios casi a su antojo.
Finalizamos con el Ford Mustang Mach-E, que también tiene un diseño donde prima menos la función pura, como aerodinámica pulida, y que vive más de las rentas del pasado. También, a equivalencia con el Model Y, resulta notablemente más caro, casi 10.000 euros más. Al menos es más similar en cuanto a prestaciones, porque tiene 269 CV frente a los 299 CV del Model Y básico. Y como todos los mencionados, también opta a la tracción total con doble motor.
El americano es más pesado, no brilla en cuanto a capacidades o habitabilidad, recarga más despacio (máximo 150 kW), tiene menos autonomía (440 km)… No es fácil justificar su adquisición frente al Tesla con criterios estrictamente objetivos. Pero puede hablar a su favor la presentación del interior, diseño, el sistema de conducción semiautónoma Ford BlueCruise, o diferencias en el equipamiento.
De momento, Tesla tiene una ventaja evidente a nivel de producto, aunque este no sea precisamente perfecto, pero mientras Tesla pueda ofrecer algo equivalente a un precio inferior, va a mantener dicha ventaja.