Volkswagen recuerda que en EEUU el 99% de las baterías de plomo-ácido se reciclan. Eso las convierte en uno de los productos con más posibilidades de reciclado de los que se pueden comprar. Cuando su uso llega al final, la batería se puede deshacer o derretir y sus materiales reutilizar.
Las baterías de los vehículos eléctricos, que ahora son de ion-litio, utilizan minerales difíciles de conseguir. Su escasez, la procedencia de países no estables, el volátil precio… todo ello hace que el reciclado de sus componentes sea fundamental. Lo hemos comentado en muchas ocasiones.
Marcas como Volkswagen piensan producir un millón de vehículos eléctricos al año para 2025. Por ello, y antes de que llegue ese momento, se plantean el desarrollo de la segunda vida de las baterías. El Grupo informa que la planta de Chattanooga (EEUU) trabaja en ello.
Las causas de la necesidad de reciclar son evidentes, empezando por el coste. La batería es una de las partes más caras de los vehículos eléctricos. Sus componentes y su complejidad están por detrás del alto precio. Sin embargo, a medida que el número de VE crece en el mercado, puede que la extracción de los metales de las baterías para su reciclado sea más barato que la propia extracción minera.
No menos importante es el hecho de que una sociedad hipocarbónica requiere un control de los productos. Eso desde la propia materia prima hasta el final de su vida. De ahí, la necesidad de controlar el reciclado.
En esa línea, Volkswagen ha anunciado que trabaja en dos frentes: recargables portátiles y reciclaje eficiente de la energía.
Reciclado para recarga portátil
Hemos dicho en otras ocasiones que la batería de un VE va perdiendo capacidad con el tiempo. Pero el final de su vida útil en el coche eléctrico no impide que mantenga una capacidad de energía considerable. Al respecto, Volkswagen explica que el paquete de baterías del e-Golf 2019 puede almacenar tanta energía como la que usa un hogar estadounidense durante un día. Y puede que los VE necesiten cargar en lugares donde no haya cargadores o incluso tomas de corriente disponibles.
Esos dos problemas para Volkswagen tienen una solución mediante una estación portátil de carga rápida. Diseñada para almacenar hasta 360 kilovatios/hora de energía, la estación puede cargar hasta cuatro vehículos a la vez. Y además, es una estación de carga rápida, con una potencia máxima de 100 kW. También es lo suficientemente pequeño como para ser implementado en lugares difíciles de cargar, como los festivales de música.
El cargador ha sido diseñado para utilizar los mismos paquetes de baterías que el chasis del vehículo eléctrico MEB de Volkswagen. Así, cuando esos paquetes lleguen al final de su vida útil, pueden tener una segunda carrera como estación de recarga. El primero de estos cargadores rápidos portátiles del Grupo se instalará en Alemania el próximo año.
Reciclado para reutilización
Volkswagen tiene otro proyecto que está desarrollando en su planta alemana de Salzgitter. Para 2020, el centro planea comenzar con una capacidad de reciclado de aproximadamente 1,200 toneladas de baterías/año de VE por año. Eso equivale a las baterías de unos 3.000 vehículos.
Usando una trituradora especial, las partes individuales de la batería pueden separarse. El electrolito líquido se puede limpiar y los componentes se pueden separar en “polvo negro”. Este contiene las valiosas materias primas como cobalto, litio, manganeso y níquel. Al ser extraídos, están listos para ser reutilizados en baterías nuevas.
A largo plazo, Volkswagen quiere reciclar alrededor del 97% de las materias primas de los paquetes de baterías. Hoy en día, es aproximadamente el 53%. Volkswagen espera que la planta de Salzgitter sea seguida en los próximos años por plantas de reciclaje más descentralizadas. Dada la cantidad de vehículos eléctricos que Volkswagen planea vender, el reciclaje interno será una prioridad por razones de costo y ambientales.