Hemos conducido la versión híbrida enchufable de la segunda generación de uno de los modelos con más éxito de la marca de la estrella: el Mercedes GLC 300e 4Matic. Es un coche de generosas dimensiones: mide 4,72 metros de largo, 1,89 metros de ancho y 1,64 metros de alto. El maletero en la versión PHEV tiene 470 litros de capacidad, 130 menos que sus hermanos de combustión.
En el interior, todo lo que se espera de un Mercedes, es decir, calidad y tecnología. La protagonista debería ser la pantalla central desde la que se controla todo el sistema multimedia y aunque es cierto que es el primer punto sobre el que se posa la vista, hay en el salpicadero mucho más que mirar, como las salidas de aire redondeadas o la consola central brillante.
Volvamos a la pantalla. Es de 11,9 pulgadas y está ligeramente curvada lo que facilita su manejo y evita los incómodos deslumbramientos a ciertas horas del día. Hay botones táctiles bajo esta, lo que siempre me parecerá un acierto ya que da acceso directo a funciones importantes como los modos de conducción, las luces de emergencia o el control de volumen. Mercedes los ha colocado en forma barra alargada bajo la pantalla, lo que da un efecto visual muy bonito pero, al mismo tiempo, hace que su manejo no sea del todo preciso.
La pantalla da acceso al intuitivo sistema de infoentretenimiento MBUX (Mercedes-Benz User Experience), que responde de forma precisa a órdenes vocales con solo decir “Hola, Mercedes” y los numerosos sistemas de asistencia a la conducción de última generación. El cuadro de mandos digital tras el volante no es tan sencillo de gestionar.
En la parte subjetiva, el diseño. Te puede gustar más o menos (¿de verdad habrá a quién no le guste?), pero es innegable que resulta imponente por esa mezcla deportiva-todoterreno tan bien conseguida. Imposible pasar por alto la parrilla fuertemente contorneada y, sobre todo, las molduras cromadas que recorren todo la silueta
Más de 100 km de autonomía eléctrica
La versión híbrida enchufable del Mercedes GLC combina un motor con otro eléctrico de 136 CV que funciona hasta los 140 km/h. Este último se alimenta de una batería de 31,2 kWh (nada mal para un PHEV), con la que homologa una autonomía de más de 120 km.
Aunque los 120 km no son un rango real, sin poner excesivo cuidado en reducir el consumo, en nuestra prueba hemos superado los 90 km recorridos hasta casi agotar la batería. Son pocos los modelos que pueden competir con este dato que hace del Mercedes GLC 300e un híbrido enchufable que permite cubrir el día a día sin necesidad de recurrir a la parte de combustión.
Hay que añadir que admite carga hasta 60 kW con lo que puede recuperar hasta el 80% de la capacidad de la batería en solo 20 minutos.
El consumo oficial es de 0,5 l/100 km, pero ese dato se calcula considerando que la batería está plenamente cargada. En un recorrido en carretera de 200 km sin carga en la batería, nuestro consumo ha sido de 7,5 l/100 km, en ese tiempo, el sistema ha recuperado 9 km de autonomía gracias a la regeneración de energía.
En marcha el Mercedes GLC 300e es un coche fácil de conducir a pesar de sus dimensiones. El ángulo de giro es amplio, pero sus más de 2.300 kilos de peso se notan a la hora de acelerar y entrar en rotondas.
Hora de entrar en el barro
Aunque no sea este el uso habitual al que se suele destinar el Mercedes GLC, no hay que olvidar que tiene una parte concebida para disfrutar de la conducción fuera del asfalto.
Como opción se puede pedir con suspensión neumática, que eleva en 10 mm la altura libre al suelo. Esto, unido a los neumáticos All Season hacen que salga airoso ante rampas embarradas y tramos algo complicados. Nosotros lo hemos probado sin activar el motor de combustión y la experiencia ha sido realmente aconsejable.
Para aquellos que piensan hacer de los terrenos difíciles un escenario habitual es muy habitual es muy recomendable encargar el sistema de cámara 360 grados que permite ver lo que hay debajo del capó (esta función se llama capó transparente) siempre y cuando no pasemos de 8 km/h.
No hay que olvidar que como SUV con tracción total, el GLC 300 e también está predestinado para remolcar, ya que tiene una capacidad de remolque de 2.000 kg (frenado).
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas. Ahora, con enchufe