Las rondas 5 y 6 y de la Fórmula E en Valencia, como suele ser habitual en la competición, fueron de lo más inesperadas. Pero esta vez con un ingrediente añadido: el enfado de algunos pilotos con la organización. Lo del sábado fue un caos. En cuanto al domingo, una falsa calma se apoderó de los pilotos. La falta de energía de muchos monoplazas, durante el sábado, hizo que la prueba del domingo perdiera la pasión habitual de la competición.
Lo que ocurrió el sábado es como una especie de odisea inesperada, a pesar de que ya sabíamos que la lluvia iba a dejar huella. Y así fue. Los accidentes se sucedieron y los coches de seguridad tuvieron que salir numerosas veces al circuito. Pero lo peor se lo llevó Antonio Félix da Costa (DS Teechetah), quien encabezó toda la carrera y tras la salida del último coche de seguridad, se quedó sin energía para subir al podio. Nadie esperaba lo que ocurrió durante las jornadas del sábado y el domingo, la verdad.
Los últimos compases fueron especialmente sorprendentes en Valencia. Varios monoplazas se iban quedando sin energía, como ocurrió con los NIO, que se pararon a la vez. Alexander Sims (Mahindra) y Oliver Rowland (Nissan e.dams) fueron descalificados por tener más potencia de la permitida. Al final, el podio fue para Nyck de Vries, que supo gestionar su energía y entró con su Mercedes a meta en primera posición.
Sólo nueve coches consiguieron completar la quinta carrera. Así, la victoria fue para Nyck de Vries (Mercedes-EQ), seguido de Nico Mueller (Dragon/Penske Autosport) y del compañero del primero, Stoffel Vandoorne (Mercedes-EQ).
El reglamento
Cuando sale el coche de seguridad, dirección de carrera resta energía a los coches para que no lleguen al final con exceso de ella. Eso, supuestamente, añade emoción a la carrera y, de paso, da a la energía un papel clave en cada jornada. El problema en Valencia fue que el último coche de seguridad llegó antes de acabar los 45 minutos (previos a los 45 minutos+1 vuelta que estipula la carrera).
Sólo quedaban 20 segundos para acabar el tiempo, pero Antonio Félix da Costa entró antes de que se cumpliera ese tiempo. De ahí que tuvieran que dar dos vueltas más, en lugar de una. Por si todo esto no era suficiente, la dirección de carrera restó demasiada energía a los monoplazas, así que la mitad de ellos no pudieron acabar.
El piloto de DS Teechetah dejó muy claro, tras la carrera, su monumental enfado. Entre otras cosas, porque es habitual que la dirección reste un kW, no tres, como hicieron en esa vuelta al salir el coche de seguridad. Además, señalaba el piloto, esa extracción de energía debía ser comunicada a los pilotos con anticipación.
Lo cierto es que todos los pilotos hablaban de unas reglas poco claras y transparentes. El director de carrera decide por su cuenta. En consecuencia, ningún piloto puede establecer una estrategia.
Mientras, las explicaciones de la FIA no creemos que aclararan las cosas. Dejaron a da Costa como culpable por no haber ralentizado la marcha tras el coche de seguridad. Alegaron que la competición tenía su dificultad y que eso era parte de la competición. Los pilotos, parece, no están de acuerdo con esta explicación.
Segunda jornada en Valencia
Lo ocurrido el sábado no dejó que la jornada del domingo en Valencia fuera tal y como todos esperábamos. Ni hubo necesidad de que salieran los coches de seguridad, ni problemas con la energía, ni, tan siquiera, con el apasionante desarrollo visto en otras rondas.
Apenas un toque entre Lynn y Nato dejó algo de daño al monoplaza del primero, pero nada más allá que la pérdida de posición; algún toque leve contra el muro o penalizaciones por el uso inapropiado del “Modo Ataque”.
Al final, Jake Dennis, de BMW i Andretti, que lideró la carrera, entró el primero en meta. Por detrás, André Lotterer (TAG HEUER Porsche) y Alex Lynn (Mahindra Racing).
La siguiente carrera, la séptima, tendrá lugar el próximo 8 de mayo en Mónaco.