La llegada de los vehículos eléctricos está obligando a los fabricantes de automóviles a buscar nuevos modelos de negocio alternativos que compensen la pérdida de rentabilidad de su negocio en los próximos años.
Esta es, de forma resumida, la conclusión del informe que la consultora McKinsey ha presentado en el CES 2017 en el que analiza la oferta, la demanda y las estrategias del mercado del vehículo eléctrico. Estas son algunas de las conclusiones preliminares:
- Entre un 30 y 45 por ciento de los propietarios de un vehículo en Estados Unidos y Alemania considerarán la posibilidad de optar por un coche eléctrico en su próxima compra.
- La autonomía sigue siendo el mayor obstáculo para los consumidores
- En la industria del automóvil se están abriendo nuevos campos para la inversión como los sistemas autónomos, los vehículos conectados y los servicios añadidos, por lo que los fabricantes de automóviles pueden no tener suficiente capital para invertir también en vehículos eléctricos.
- El precio de las baterías ha caído un 80% desde el año 2010, pero los vehículos eléctricos continúan siendo más caros que los tradicionales de combustión.
- Los fabricantes de automóviles necesitarán nuevos modelos de negocio para lograr mantener los beneficios actuales, puesto que sus ingresos disminuirán con la consolidación de los vehículos eléctricos (la economía de escala bajará sus precios y el mantenimiento y las piezas de recambio disminuirá sus ingresos)
La industria del automóvil se enfrenta a una de las transiciones más importantes de su historia: la transición del motor de combustión interna a la propulsión eléctrica supone un profundo cambio de paradigma en la tecnología y en la forma en la que utilizamos el coche. “El reto es aun más difícil dadas las influencias del mercado y la limitación de los recursos”. En esta transformación digital de la industria del automóvil McKinsey plantea tres grandes preguntas:
- ¿A qué precio han de venderse los coches eléctricos para que los consumidores se planteen su adopción?
- ¿Qué modelo de negocio se necesita para sostener la industria del automóvil?
- ¿Están las empresas en disposición de navegar por estos nuevos desafíos tecnológicos y empresariales?
A la primera cuestión McKinsey responde: ‘baterías’. El precio de estas ha disminuido desde el año 2010 en un 80%. En 2016 el coste del kWh de batería rondaba los 227 dólares lo que supone un coste para una batería de 60 kWh de 13.600 dólares. A este precio hay que sumar el de los sistemas adicionales: motor eléctrico, cableado de alta tensión, cargador a bordo, inversor. Teniendo en cuenta los costes de los sistemas actuales, las empresas que ofrecen los vehículos eléctricos se enfrentan a la perspectiva a corto plazo de perder dinero con cada venta.
Esta conclusión lleva directamente a responder a la segunda pregunta. Las empresas automovilísticas deben modificar su estrategia y enfocarse a modelos de negocio alternativos, basados en los servicios añadidos, la recarga, conectividad y nuevos sistemas de alquiler de vehículos basados en modelos alternativos, tradicionales y emergentes, al vehículo en propiedad.
Los fabricantes tradicionales necesitarán lo que McKinsey denomina una ‘e-readiness’ (preparación electrónica) para la que se requerirán una gran cantidad de datos, procesos, estrategias y una buena dosis de talento en múltiples nuevas disciplinas.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.